Sin marcha atrás
Bonitos o feos, piercings y tatuajes son cuestión de gusto. Lo que no se discute es que pueden tener consecuencias graves para la salud.
Hubo una época en que identificábamos a las personas que llevaban este tipo de adornos en su cuerpo como pertenecientes a grupos marginales o miembros de determinadas bandas de delincuentes. Pero los tiempos cambian y actualmente el piercing y el tatuaje se utilizan como modo de diferenciación, un símbolo de identidad o pertenencia a un grupo o simplemente como un adorno más.
La tendencia es mundial. Sin importar la clase social o la edad, tatuarse o hacerse un piercing se ha convertido en moda y ver jóvenes con sus lóbulos, narices, lenguas y ombligos perforados, es cada día más común. El rango de tatuajes no es menor, aunque estos varían desde los temporales de henna a los permanentes, donde los pigmentos o tintas son inyectados en la dermis. Para siempre.
¿Dónde radica la preocupación? En que paralelamente con el incremento de la popularidad de esta moda, los estudios y conocimientos respecto a las complicaciones asociadas también han aumentado. Por lo tanto, no hay que pensar que hacerse un piercing o tatuaje es totalmente inofensivo. Existen riesgos y consecuencias que se deben conocer antes de dar el paso. No improvisar.
Riesgos y cuidados
Lo primero que hay que pensar muy bien es que los tatuajes duran toda la vida. No hay marcha atrás, ya que no son fáciles de quitar (hay que recurrir al láser y que no queden marcas dependerá de las tintas y procedimientos utilizados en su aplicación). En cuanto al piercing, si bien es fácil retirar el colgante, se corre el riesgo de las secuelas propias de la perforación y la cicatrización. En segundo lugar, hay que evaluar todas las complicaciones que se pueden suscitar.
El piercing es la forma de arte corporal que presenta más riesgos para la salud. Los problemas se originan en la falta de higiene o pericia de quien efectúa este “arte” y también en las reacciones del organismo ante las perforaciones y las sustancias extrañas. Según cuenta la doctora Verónica Gaete, pediatra especialista en adolescencia de CLC, “muchos adolescentes tienden a realizarse los tatuajes y piercing en lugares no idóneos, como ferias artesanales y otros, sin haberle pedido consejo a ningún adulto y sin mayor conciencia de los riesgos que ello implica. Incluso, no es inusual que los adolescentes menores se realicen estos procedimientos a escondidas de sus padres, para evitar que se los prohíban, y que luego los mantengan ocultos por miedo al castigo o a que se los hagan retirar, en el caso de los piercing”.
Por esto la doctora Gaete insiste en que se debe buscar seguridad y calidad, no exclusivamente el precio más barato (aunque un precio mayor no implica más seguridad). Esto significa que se deben dar condiciones indispensables sanitarias y de higiene. Deben realizarse en un lugar apropiado; la persona que lo hace debe contar con un permiso del Ministerio de Salud, un equipamiento de esterilización, además de material desechable (agujas, guantes, contenedores). Está comprobado científicamente que si no se respetan las condiciones de seguridad e higiene, el riesgo de complicaciones es mucho mayor, incluyendo potencialmente el contagio de la hepatitis B, C e incluso del VIH/SIDA.
Por otra parte, se pueden producir reacciones alérgicas e incluso puede ocurrir que el cuerpo “rechace” los elementos extraños. El ideal es que los anillos o piezas metálicas sean de acero quirúrgico o titanio, no contengan níquel y vengan en un sobre sellado. En el caso de los tatuajes, chequear que se utilicen agujas desechables y tintas que no estén vencidas. También tener en cuenta que los piercings pueden ocasionar lesiones en los tejidos, como cicatrices gruesas o queloides o pérdida de sensibilidad en la zona en que se apliquen.
Por último, y la consideración más importante: si se quiere un tatuaje o un piercing debiera ser porque se está convencido, no por la presión o influencia de amigos o compañeros.
Tips para padres
- Actuar en forma anticipada. Padres e hijos debiesen conversar acerca de los piercing y los tatuajes desde que los hijos tienen conciencia de ellos, para informarlos acerca de sus riesgos y cómo prevenirlos.
- Escuchar antes de emitir un juicio. Si su hijo desea hacerse un tatuaje o piercing pregúntele qué se quiere hacer, en qué parte del cuerpo y qué diferencia tiene para él tenerlo o no.
- El permiso para hacerlo. Más que con la edad, tiene que ver con la madurez y la motivación real de fondo. Si tiene un buen funcionamiento familiar, social y escolar y no es conflictivo, se podría pensar que lo ha decidido maduramente.
- Mejor que no. Si cree objetivamente que la decisión de su hijo se relaciona con un tema de inseguridad, de pertenecer a algún grupo, o con una conducta desafiante, debiera decirle que cuando lo vea mejor en el colegio, más maduro y menos rabioso, pueden volver a hablarlo.
- Control de Salud. Se recomienda que todo joven acuda a un chequeo médico una vez al año durante toda su adolescencia, oportunidad en que los médicos, como parte de una atención integral, le brindarán la consejería necesaria en relación a los tatuajes y piercing.
Tips para jóvenes
- Sólo puedes hacerte un tatuaje o piercing si tienes 18 años o más. Debes comprobarlo llevando tu cédula de identidad.
- Si eres menor de edad, necesitarás una autorización notarial de tu papá o mamá y ser acompañado por él/ella durante todo el procedimiento.
- No debes realizarte tatuajes o piercing si esa parte de tu piel o mucosa está con alguna lesión.
- La zona debe ser desinfectada previamente y el operador, usar guantes desechables todo el tiempo.
- El material con que atraviesen tu piel, y las tintas y joyas que te coloquen deben estar esterilizados. Fíjate que estén sellados y que los recipientes de las tintas sean desechables.
- La persona que lo hace y el lugar deben estar autorizados por el Ministerio de Salud.
- No uses joyas de plata o fantasía. Los materiales más adecuados son el acero quirúrgico y el titanio, que aunque más caros, te evitarán futuras complicaciones.
- La pistola (instrumento para poner aros en la oreja), no sirve para perforar áreas más gruesas.
- Recuerda que todas estas recomendaciones son para tu protección.