Muchas veces, el daño de una electrocución se produce en forma interna y no inmediatamente. El traumatismo eléctrico puede producir quemaduras de distinto grado, ya sea en la piel como en órganos internos; traumatismos físicos, falla renal, daño neurológico, cataratas, obstrucción de las venas periféricas, infecciones severas, arritmias cardíacas, paro cardiorrespiratorio y muerte.
• Inconsciencia.
• Paro cardiorrespiratorio (no respira, no tose, no se mueve).
• Convulsiones.
• Entumecimiento y hormigueo.
• Palpitaciones.
• Dolor muscular y contracciones.
• Quemaduras.
• Intente interrumpir lo antes posible el contacto de la persona con la corriente.
• Aléjela utilizando elementos secos (tela, cuero, madera) y no conductores.
• Procure no tocarla en forma directa para no convertirse en otra víctima.
• Desconecte de inmediato la corriente, maniobrando en los interruptores (en caso de lámparas, por ejemplo) o en los comandos generales.
• Mantenga a la persona en el lugar sin desplazarla (a menos que el lugar no sea seguro).
• Evalúe si la persona está consciente, respira, tose o se mueve. Si hay respuesta, abríguela y llévela de inmediato al centro médico más cercano.
• Si no hay respuesta o si es muy débil, no pierda tiempo, llame de inmediato a rescate y entregue toda la información solicitada.
• Luego de ello, inicie de inmediato reanimación cardiopulmonar (RCP). No debe detener ni interrumpir la reanimación hasta que la víctima responda o llegue el apoyo profesional.
• No intente dar medicamentos en el hogar ni realice curaciones de las quemaduras o heridas, salvo la cobertura de ellas con material limpio.