• Dolor en el área lesionada.
• Hinchazón.
• Dificultad para usar o mover la parte lesionada.
• También es probable que cojee si la lesión se produce en la cadera, pierna, tobillo o pie.
• Calor, moretones o enrojecimiento en el área.
• Existe deformidad visible y prolongada en la región afectada.
• Tras 24 a 48 horas no ceden los síntomas.
• La persona es incapaz de apoyar o mover la zona afectada, le duele cuando la tocan y la tenga hinchada.
• Dolor intenso en la zona fracturada.
• Hinchazón en la zona.
• Evidentes deformaciones a causa de hundimientos.
• Dificultades y acotación de movimientos.
• Hematomas, moretones o enrojecimiento de la piel en las zonas cercanas.
• Inmovilice el área afectada. No trate de realinear el hueso o empujar un hueso que está sobresaliente. Si el servicio de urgencia no se encuentra fácilmente disponible, mientras accede a uno, intente inmovilizar la extremidad lesionada a través de una férula en la zona superior e inferior de la fractura. Esta medida puede ayudar a reducir el malestar.
• Saque todo lo que pueda impedir la circulación. Aplique compresas de hielo para limitar la inflamación y aliviar el dolor. Detenga el sangrado. Si hay herida, aplique presión sobre esta con un vendaje estéril, un paño limpio o un trozo de ropa limpia.
• Si la persona se siente débil o está con respiración entrecortada y rápidamente, recuéstela con la cabeza ligeramente más baja que el tronco y, si es posible, con las piernas elevadas.
• Una fractura siempre requiere de atención médica. Si es el resultado de un trauma o lesión importante, solicite ayuda a rescate CLC.