• Prurito.
• Inflamación de la superficie de la piel con ronchas de color similar al de la piel o rojizo con bordes claramente definidos.
• Las ronchas se pueden agrandar, diseminar y unir formando áreas más grandes de piel plana y elevada.
• También pueden cambiar de forma, desaparecer y reaparecer al cabo de minutos u horas.
• Cuando se presiona el centro de una roncha, esta se torna blanca. Esto se denomina palidez.
Para guaguas de un año o menos:
Evite darle agua sola a un lactante a menos que su pediatra lo especifique.
Ofrezca a su hijo cantidades reducidas de una solución oral electrolítica recetada por su pediatra.
Si su hijo solo toma leche materna y vomita más de una vez, amamántelo durante cinco a 10 minutos cada dos horas. Si sigue vomitando, llame al pediatra. Cuando lleve ocho horas sin vomitar, podrá volver a amamantarlo o alimentarlo progresivamente hasta lo habitual.
Para niños de un año en adelante:
Dele a su hijo una dieta líquida absoluta (evitando la leche y los productos lácteos) en cantidades reducidas, en función de cuánto pueda tolerar, cada 15 minutos.
Si su hijo lleva aproximadamente ocho horas sin vomitar, introduzca gradualmente una dieta blanda a base de alimentos ligeros.
Si su hijo no vomita durante 24 horas seguidas, usted podrá reanudar lentamente su dieta habitual. Espere de dos a tres días antes de ofrecerle productos lácteos.
• Hay vómitos fuertes y explosivos en un lactante, especialmente si tiene menos de tres meses.
• Los vómitos se inician después de un traumatismo craneoencefálico.
• Los vómitos van acompañados de fiebre.
• El niño tiene la guatita dura, hinchada y dolorida entre los episodios de vómito.
• Los vómitos van acompañados de fuertes dolores estomacales.
• La persona está aletargada y somnolienta.
• El testículo del niño está hinchado, enrojecido o le resulta doloroso (síntoma de torsión).