Aunque afecta principalmente a quienes consumen excesivas proteínas cárneas, la gota también puede presentarse en quienes no la consumen o tienen hipertensión arterial.
Conocida históricamente como un mal que afectaba a los reyes, la artritis gotosa, más conocida como “la gota”, es una afección que sufrirían personas con una dieta rica en carnes. Pero no sólo los amantes de la parrilla son candidatos a tener este problema de salud.
La gota se produce por una acumulación de cristales de sales de urato -ácido úrico- en distintas partes del cuerpo, en especial en las articulaciones, tejidos blandos y riñones. El típico ataque de gota consiste en una artritis que causa intenso dolor y enrojecimiento en el dedo gordo del pie. “Se coloca el dedo rojo como una frutilla y provoca dolor hasta el roce de una sábana”, señala el doctor Vicente González, reumatólogo de CLC.
Esto se ve frecuentemente en las atenciones de urgencias, lugar al que llega el paciente con fuertes dolores en su pie.
El factor fundamental que causa la gota es la hiperuricemia, que es la elevación de los niveles de ácido úrico en la sangre. Los motivos principales por los que estos niveles son demasiado altos son dos: el aumento de su producción por el organismo y problemas para eliminarlo por el riñón.
Las causas por las que se produce la hiperuricemia pueden ser varias, según el doctor González. En primer lugar, y la más conocida, es una dieta rica en carnes rojas y cerveza. También pueden padecerla quienes utilizan medicamentos con diuréticos tiazidicos para la hipertensión arterial. Y, aunque parezca extraño, también quienes llevan una dieta vegetariana. “En este último caso, pueden ser personas que tengan problemas de síntesis excesiva de ácido úrico, lo que los llevaría a tener la enfermedad debido a componentes genéticos”, afirma el profesional.
Los candidatos a tener artritis gotosa son los hombres desde los 30 años. Las mujeres premenopáusicas muy pocas veces padecen de esta enfermedad, porque están protegidas por las hormonas (estrógenos). “Pero existen casos, principalmente en mujeres postmenopáusicas y con enfermedades asociadas, como insuficiencia renal o diabetes”, asegura el doctor. No es un mal que afecte a los niños. El tratamiento depende de la causa detonante. En el caso de quienes eran aficionados a las carnes, deben bajar su consumo al igual que el alcohol de cerveza y licores fuertes. “Es importante el cambio de estilo de vida, pero está comprobado que las dietas estrictas para bajar el ácido úrico no se recomiendan. Se debe bajar de peso y controlar con medicamentos”, señala el reumatólogo. Si bien no se considera curable, se puede controlar y evitar así los dolores, en la medida que se cumplen las indicaciones médicas, junto con controles y exámenes periódicos.
EXAMEN Y DIAGNÓSTICO
El examen que determina la existencia de la enfermedad se realiza extrayendo líquido de la articulación afectada y los cristales se visualizan en el microscopio. El doctor González recalca que el resultado debe ser llevado a un reumatólogo, puesto que durante el ataque de gota los niveles de ácido úrico pueden estar normales e incluso bajos, pero sólo el profesional puede determinar la presencia de la enfermedad.