Los hemangiomas no siempre están presentes en el nacimiento, incluso pueden aparecer recién en la cuarta semana de vida. El lugar más frecuente de ubicación es en la cabeza y en el cuello. Y casi siempre desaparecen completamente.
Los hemangiomas son los tumores vasculares más frecuentes en los niños. Y a pesar de que son benignos y que con el tiempo se achican espontáneamente hasta desaparecer por completo en la mayoría de los casos, su presencia puede causar preocupación en los padres. Son masas o nódulos que pueden aparecer tanto en la piel, mucosas, como también en los órganos internos como el hígado, intestino, pulmón o cerebro.
Su origen en la infancia aún no está muy claro. Para la doctora Christel Bolte, dermatóloga de Clínica Las Condes, “se piensa que provienen de células mesenquimáticas pluripotenciales que derivan de la cresta neural o de la placenta y que tienen la capacidad de transformarse en células endoteliales autorreplicantes”. Su aparición ocurre en el 10% de los niños al año de vida. No siempre están presentes en el nacimiento y recién a la cuarta semana del recién nacido son notorias. El lugar más frecuente de aparición es en la cabeza y cuello, seguido del tronco y luego las extremidades.
Los hemangiomas poseen una clasificación según su ubicación en la piel. Del tipo superficial, que se radican en la dermis superior, son rojos bien brillantes y son el 60% de los casos. Los del tipo profundo se encuentran en la parte más interna de la piel: “No se ven rojos, sino más bien como una masa azulada o color piel”, señala la profesional. En el caso de los mixtos, poseen características de los dos tipos anteriores. Junto con ello, la comunidad médica agregó la clasificación de acuerdo a si son localizados o segmentarios, estos últimos abarcan un área o segmento de la superficie del cuerpo y tienden a tener más complicaciones que las formas localizadas.
Los hemangiomas poseen una evolución natural, porque si bien crecen muy rápido, luego comienzan a involucionar hasta desaparecer. “El 50% desaparece a los 5 años y el 70%, a los 7”, explica.
CONSULTA Y TRATAMIENTO
Si bien son benignos y no debiesen generar problemas, es importante consultar a un dermatólogo en cuanto aparezcan. Esto, porque se debe determinar si se está en presencia de un hemangioma o de otras alteraciones. También deben diferenciarse de otros tipos de tumores vasculares.
Junto con ello, la ubicación del hemangioma es clave, porque si son periorificiales, es decir, están ubicados en la zona del ojo, nariz, boca, orejas, zona genital o anal, son considerados de cuidado, por los riesgos que conllevan. “Un lactante que tiene este tumor alrededor del ojo puede perder la vista si ocluye el eje visual. En el cuello pueden provocar obstrucción respiratoria”, explica.
El 10% de los niños que los presentan debe recibir tratamiento. Y si bien hasta 2008 el tratamiento habitual era en base a corticoides, hoy se está medicando una droga llamada Propanolol, que ha presentado excelentes resultados, debido a que no provoca los efectos secundarios de los corticoides y actúa con mayor rapidez. Este medicamento no sólo funciona en la fase activa, sino también cuando comienza a reducirse.
Además es posible tratarlos con láser de colorante cuando ya sólo quedan restos de lo que anteriormente era un tumor.
DIAGNÓSTICO
Si bien la gran mayoría de las veces el dermatólogo podrá determinar en la consulta lo que considere un hemangioma, si tiene alguna duda, solicitará una ecografía o resonancia y en caso de que la sospecha continúe, realizará una biopsia de piel.
PREVALENCIA
Los hemangiomas son más frecuentes en mujeres que en hombres. Además afectan más a niños que nacieron prematuros.