¿Por qué se producen?
Las várices son fallas en el sistema valvular de las venas, asociadas a la mala calidad de su pared. Su principal causa es congénita y muestran una gran presencia familiar, es decir, mamá con várices implica alta probabilidad de que las hijas las tengan. Esta condición hereditaria se ve exacerbada o aumentada en mujeres usuarias de anticonceptivos orales, embarazos con sobrepeso, sedentarismo, obesidad y pasar muchas horas de pie, entre otros factores.
¿Qué consecuencias pueden presentar?
Además de lo estético, sus consecuencias son muchas y van desde la trombosis hasta la rotura con sangramiento profuso y eventual formación de una úlcera en la piel.
Las várices se pueden trombosar (formación de un coágulo en su interior) y se manifiesta como la aparición de un cordón duro y muy doloroso quedando con una hiperpigmentación en el trayecto. Si se golpean, pueden sangrar por rotura, siendo este muy profuso. Con el paso del tiempo, estas dilataciones pueden formar una úlcera por atrofia y esclerosis de la piel que está sobre ellas. Clínicamente, pueden manifestarse con cansancio, pesadez de las extremidades, edema (hinchazón), prurito (picazón), y dolor en trayectos varicosos que se alivian al acostarse.
¿Cuál es el tratamiento?
El tratamiento de las várices consiste en la corrección del reflujo venoso. Sin ello es imposible lograr un buen resultado médico y las várices vuelven a aparecer. Ningún otro tratamiento funciona si no se corrige este mal funcionamiento del sistema valvular y, por ende, el reflujo. Para esto es necesario comenzar por hacer un buen diagnóstico de todos los sitios o puntos de reflujo. Una vez hecho esto, la cirugía es el paso a seguir, y esta permite cerrar todos los sitios donde se produce el reflujo venoso y la acumulación de sangre en las várices.
¿Cómo se pueden prevenir?
Se debe recordar que las várices tienen un componente hereditario que no se puede corregir, pero que sí se puede disminuir en su manifestación clínica. Para ello existen varios consejos:
• Uso de tela elasticada. Las calcetas o medias elasticadas se indican en personas que pasan muchas horas durante el día de pie o sentadas. Estas evitan que la sangre se estanque en las piernas y termine dilatando las venas superficiales de éstas. Estas medias comprimen más en el tobillo y el pie, y sueltas hacia el muslo, obligando a la sangre a desplazarse hacia el corazón.
• Evitar el uso de estrógenos, ya sea como anticonceptivos orales o como terapia de sustitución.
• No estar períodos prolongados de pie o sentado. La fuerza de gravedad dificulta más aún el retorno venoso hacia el corazón en estas personas que trabajan de pie o sentados.
• Mantener un buen trofismo muscular con ejercicios que mantenga el tono de los músculos. De esta forma se facilita el retorno venoso hacia el corazón, disminuyendo la presión sobre las venas de las piernas.
• Evitar el sobrepeso y sedentarismo durante el embarazo. Estas dos condiciones aumentan la dificultad de retorno de la sangre hacia el corazón.
• No existen medicamentos que disminuyan la aparición de várices, ya que esto es un problema mecánico, hemodinámico, de reflujo por mal funcionamiento de las válvulas de algunos segmentos venosos. Estos sólo ayudan al alivio de los síntomas que producen las várices, como pesadez e hinchazón de piernas, etc.