Compuestos ambientales junto con el sobrepeso y la obesidad podrían ser responsables de este temprano crecimiento.
Todo comienza con la aparición del botón mamario. Ese es el inicio del desarrollo sexual. Pero ¿qué ocurre cuando le sucede a una niña que aún no ha cumplido los ocho años? Esa es la pregunta que muchos padres se hacen cuando ven que es a su hija la que le está pasando. Para la endocrinóloga infantil de Clínica Las Condes, doctora Verónica Mericq, lo primero que hay que distinguir es la edad: “Si la niña ya tiene nueve años, puede ser normal que comience a aparecer su botón mamario. Pero si es menor de ocho, podemos estar frente a un cuadro de desarrollo precoz”.
Respecto de si ha aumentado su incidencia, la especialista aclara que si bien hay más niñas que están teniendo un inicio de botón mamario antes de los nueve años, éste en muchas ocasiones se ve como un desarrollo aislado (telarquia) y no como parte de un inicio puberal “Ocurre cuando sólo este signo (telarquia) se ve en las pequeñas y no hay otra característica que indique un desarrollo anticipado como aceleración de la velocidad de crecimiento, vello pubiano o celeridad importante de la madurez ósea ”, afirma.
Las causas que podrían llevar a un crecimiento mamario precoz aislado son, según la profesional, cuatro:
• Los disrruptores ambientales, que son compuestos que están en el ambiente y que actúan similares al estrógeno. Acá se encuentran los ftalatos y los bifenoles, que se encuentran en algunos plásticos blandos, como mamaderas, juguetes o cañerías de PVC.
• La lavanda.
• El extracto de placenta, que se encuentra en ciertos champús y acondicionadores.
• El aumento del sobrepeso y obesidad. En este caso, el tejido adiposo convierte la testosterona, que es la hormona masculina que todas las mujeres poseen, en estrógeno.
Cuando el desarrollo mamario aislado se acompaña de otras características puberales, como las antes expuestas, existen algunos riesgos: una menarquia o primera regla anticipada, que sería antes de los diez años. Otro problema que podría presentar es una diferenciación entre los pares, lo que podría traer consigo una niña aislada o cohibida y, finalmente, que no alcance una estatura final adecuada.
Ante un posible caso de desarrollo precoz, se debe consultar a un especialista, quien evaluará su curva de crecimiento y examen físico completo. Si lo amerita, solicitará una serie de exámenes para determinar si se está en presencia de un cuadro así. Entre las primeras pruebas está la de maduración ósea, que mediante una radiografía de la mano determinará cuánto tiempo de crecimiento le queda a la niña.
También se evalúa si se activaron las hormonas de la hipófisis que estimulan el ovario. “En este caso se puede inyectar un medicamento que bloquea la secreción de hormonas hasta que pueda reiniciar su desarrollo”, explica la doctora Mericq.
En caso de que sea de origen periférico, es decir, que no tiene activas estas hormonas de la hipófisis que estimulan al ovario, se determina la fuente de dónde proviene el estrógeno, “que puede ser un tumor o quiste ovárico”, puntualiza la especialista.