El boom de la apariencia perfecta ha llevado a que cada día sean más los niños y adolescentes que soliciten el uso de lentes de contacto. Sin embargo, todo va a depender de la personalidad y los hábitos del paciente.
A medida que se acerca la adolescencia, crece la preocupación de los niños por verse bien y por ser aceptados por su grupo de pares. Aquellos que tienen algún problema a la vista suelen verse tentados a pedir el uso de lentes de contacto, lo que trae aparejada la normal preocupación de los padres que consideran, con justa razón, que los lentes de contacto exigen mucho cuidado y responsabilidad ya que, con cualquier descuido, los ojos se pueden infectar o lesionar.
El doctor Eduardo Villaseca, oftalmólogo de CLC, entrega una serie de recomendaciones a tener en cuenta a la hora de decidir cuándo y qué lentes de contacto usar: “En primer lugar, que sea el paciente realmente el que los quiera, y no sea sugerido por el papá o la mamá. Uno necesita que realmente el niño tenga un cierto compromiso, ganas para aprender algo que le puede costar un poco”. De esta forma, explica el especialista, “uno se asegura de que el joven se hará responsable del cuidado y la higiene de sus lentes”.
RIESGOS DE UN MAL USO
El doctor Villaseca señala que una mala higiene de los lentes de contacto puede derivar en una infección a la córnea, lo que puede implicar incluso la pérdida visual: “Un mal uso puede ser el no aseo del lente de contacto o que, para limpiarlo, lo lavan con la saliva y se lo vuelven a meter al ojo, o lo lavan con el agua de la llave y no con el líquido especial que corresponde. Todo eso tiene riesgo de generar infecciones en la córnea que pueden ser muy graves”.
Por eso es tan importante, explica el especialista, tomar la decisión del uso de lentes de contacto cuando el joven tiene la madurez suficiente para hacerse responsable de su cuidado e higiene.
CHEQUEO OFTALMOLÓGICO
Tanto el Convenio Escolar como el Seguro Escolar Colectivo cuentan con el beneficio de un chequeo oftalmológico anual. Este contempla:
• Chequeo médico oftalmológico a valor preferencial.
• Dirigido a los afiliados (a partir de 3 años y medio).
• Frecuencia: una vez al año.
• Valor a pagar por el paciente: $35.740. Con Boleta Médico.
• Incluye Consulta Médica, toma de visión, examen general y otros.
¿QUÉ ELEGIR?
El doctor Villaseca explica que existen dos tipos de lente de contacto: los semirrígidos o gas permeables y los blandos. Entre estos últimos están los desechables y los hechos a la medida. Dentro de los desechables hay dos tipos que son los que más se usan: los desechables de uso semanal (los más populares en nuestro medio) y los desechables de uso diario que se eliminan al mes de uso. Los semirrígidos dan mejor calidad de visión en casos de astigmatismos significativos, pero son más difíciles de adaptar, se usan sólo en forma diaria y, al ser más pequeños, son más fáciles que se salgan frente a movimientos bruscos o deportes. Los blandos, en general, permiten buena visión en miopía e hipermetropía pura, pero no tanto en astigmatismos; son mucho más populares por la posibilidad de su uso extendido y por la fácil tolerancia en su uso.
Los desechables de uso diario son los ideales, porque disminuyen los riesgos de una infección por uso prolongado, pero los de uso extendido tienden a ser más recomendados en los jóvenes que no poseen muy buenos hábitos de higiene, ya que no es necesario sacárselos y limpiarlos todos los días. Basta con sacárselos una vez a la semana, descansar el ojo por una noche y comenzar con un par nuevo al día siguiente, haciendo que la supervisión por un adulto sea más fácil. Es preferible en adolescentes poco metódicos, situación bastante habitual, el uso de desechables de uso semanal, ya que termina siendo más riesgoso el uso diario con manipulación inadecuada, que sólo una vez a la semana con una adecuada supervisión adulta.