HIPOTIROIDISMO EN EL EMBARAZO
TRATAMIENTO SIMPLE Y SEGURO PARA UN PROBLEMA COMÚN

Los especialistas aconsejan que las futuras madres poseedoras de antecedentes familiares de primer grado, o las que hayan sufrido algún trastorno en la infancia o adolescencia relacionado con esa glándula, se lo informen a su obstetra.

Fatiga, lentitud en los movimientos, somnolencia, caída del cabello y cefaleas son algunos de los síntomas del hipotiroidismo, pero también se pueden confundir con las molestias que suelen tener muchas mujeres durante los primeros meses del embarazo. Por lo mismo, no es raro que las futuras madres asocien estos signos a una situación esperable y no se traten ni se lo manifiesten a su médico.

Debido a ello, los especialistas aconsejan que las gestantes más sensibles, como las poseedoras de antecedentes familiares de primer grado de enfermedad tiroidea (padres, hermanos o abuelos) o las que hayan sufrido algún trastorno en la infancia o adolescencia relacionado con esa glándula, se lo informe siempre a su obstetra. Eso, porque con el tratamiento adecuado se evitan problemas que pueden llegar a ser serios para el niño en gestación y para ellas mismas, como un trabajo de parto prematuro, retardo en el crecimiento fetal, mayor riesgo de trastornos metabólicos, como sobrepeso o diabetes gestacional.

El doctor Patricio Trincado, endocrinólogo de Clínica Las Condes, explica que muchas mujeres con hipotiroidismo no sufren mayores problemas, porque la glándula logra suplir las necesidades de la hormona. “Si falta, el organismo sobreexige a la glándula a través de la hormona tiroestimulante. Los síntomas aparecen cuando ésta no tiene la capacidad de responder”. Cuando una mujer se embaraza, la demanda de hormona tiroidea es al menos 50% mayor, por lo que aquellas mujeres con una alteración incipiente de la función tiroidea van a presentar una respuesta insuficiente para los mayores requerimientos que genera el embarazo.

El profesional señala que la hormona tiroidea es un activador de las células, que permite en el embarazo que los tejidos del embrión se desarrollen adecuadamente durante las primeras 12 semanas y también las células de la placenta, durante toda la gestación. Esto porque “en los primeros tres meses, el embrión no tiene glándula tiroides, por lo tanto, depende exclusivamente de la hormona materna para desarrollarse. Por su parte, la placenta depende de la gestante hasta el nacimiento”, explica el facultativo. Y agrega que cuando una futura madre se encuentra hipotiroidea, su placenta envejece, problema grave que se acentúa al final del embarazo. “Hay riesgo, de esa manera, de trabajo de parto prematuro o aborto. También se puede producir sufrimiento fetal, porque el niño deja de crecer”, señala. El tratamiento de esta afección, según el doctor Trincado, es simple y muy seguro. “Se debe proporcionar a la madre la hormona tiroidea, la misma que no es capaz de producir en su totalidad. Se le indica levotiroxina, cuyas dosis, en general, se aumentan en la medida que progresa el embarazo”, señala el facultativo. Además, plantea que la afección sea controlada por un endocrinólogo y recalca que ese tratamiento es muy amigable con el embarazo, debido a que se trata prácticamente de la misma hormona que produce naturalmente el organismo.

Después del parto, en general, se debe ajustar la dosis de levotiroxina, ya que en la mayoría de los casos disminuyen los requerimientos. “Este tratamiento no afecta a la lactancia, pero igualmente es importante que la madre siga siendo controlada para determinar la dosis”, advierte, a la vez que recalca que en muchas mujeres el embarazo se convierte en la primera manifestación de un hipotiroidismo que las acompañará toda la vida.

Por último, el doctor Trincado hace notar que, según estudios en la misma clínica, 18% de los hombres y 21% de las mujeres sufren de trastornos a la tiroides. Estas altas tasas de prevalencia de enfermedad relacionada con la glándula se explican por el alto número de enfermedades autoinmunes que la afectan. “Es decir, situaciones donde los anticuerpos, en lugar de atacar virus y bacterias, la atacan específicamente donde ella produce la hormona”, explica.

SÍNTOMAS DE HIPOTIROIDISMO

• Lentitud de movimientos
• Frío
• Piel seca
• Uñas quebradizas
• Caída del cabello
• Estreñimiento
• Fatiga por realizar trabajos que antes se hacían sin problemas
• Tendencia a la depresión
• Aumento de peso
• Retención de líquido
• Somnolencia
• Insomnio
• Cefaleas
• Dolores musculares
• Déficit cognitivo y memoria
• Edema
• Lengua traposa y hablar dificultoso