El 30% de los pacientes que presentan algún síndrome epiléptico siguen teniendo crisis, a pesar de tomar los medicamentos óptimos. Algunos de ellos pueden optar a una intervención quirúrgica que los librará de ellas o las disminuirá en número e intensidad.
En Chile, el 1% de la población sufre de algún tipo de epilepsia. Es decir, 17.000 niños y adultos se ven o se han visto afectados por crisis que pueden llegar a alterar sus proyectos, trabajos, estudios, así como su vida cotidiana y afectiva.
Esta condición no es simple de abordar, porque no se trata de un cuadro definido, sino que se puede presentar de diferentes formas. “La Liga Internacional Contra la Epilepsia ha reconocido más de 41 síndromes epilépticos distintos”, hace notar el neurocirujano de Clínica Las Condes, Dr. Manuel Campos, quien además agrega que cada una de ellas tiene pronóstico y tratamiento diferentes.
El facultativo explica que el 70% de los pacientes, tanto adultos como pediátricos, quedan libres de crisis gracias a los medicamentos correctos, pero el 30% restante, a pesar de los fármacos y dosis adecuadas, siguen con crisis, que pueden tener una frecuencia de una vez al año, como varias veces al día. “Lo aconsejable para ellos es que se sometan a los estudios necesarios para ver si es factible optar a una cirugía de la epilepsia”, manifiesta.
El doctor Manuel Campos hace notar que estudios internacionales demuestran que anualmente aparecen 500 nuevos casos de epilepsia en niños por millón de habitantes. Por lo tanto, en Chile cada año hay 7.500 niños que debutan en esta condición. “De ellos, deberían operarse cerca de 357, pero lamentablemente sólo lo hacen entre 40 y 50 por año, señala el especialista. Destaca también que “el concepto internacionalmente aceptado es que ante un niño que no esté libre de crisis a pesar de tomar uno o dos medicamentos, hay que pensar en realizar un estudio para una eventual cirugía de la epilepsia”. Ello, aclara el doctor, porque las crisis alteran su correcto desarrollo cerebral. “Un pequeño con epilepsia no controlada puede tener problemas cognitivos, conductuales, psiquiátricos y una mala calidad de vida. Por lo mismo, lo óptimo es que la intervención quirúrgica sea lo más precoz posible”.
La recomendación de una cirugía también es válida para pacientes adultos, quienes no responden favorablemente a la medicación, ya que la mortalidad de una epilepsia no controlada es 5 a 9 veces mayor que en la población general. La intervención quirúrgica tiene un riesgo mínimo, ya que mundialmente la mortalidad no supera el 0,2% y en Clínica Las Condes es 0%. “La muerte de un paciente con epilepsia no controlada puede deberse a muerte súbita, status epiléptico (crisis que no paran), accidentes por traumatismos y suicidios debidos a depresiones”.
Respecto de la cirugía de la epilepsia, ésta puede ser de dos tipos. Una de ellas es la curativa, donde se reseca el foco epileptógeno, o lesión cerebral y se ahorra el máximo de las zonas sanas. Esta cirugía está destinada especialmente a las epilepsias focales. Es decir, las crisis que siempre se originan en un lugar específico del cerebro.
La cirugía de la epilepsia paliativa, en cambio, está destinada a los pacientes con crisis generalizadas o de múltiples focos independientes. Esta cirugía paliativa puede a su vez ser de dos tipos: una callosotomía completa o la implantación crónica de un estimulador vagal, que lamentablemente tiene la desventaja de su alto precio y de su éxito limitado, que asciende sólo al 65% de los pacientes.
El postoperatorio de estas intervenciones suele no ser complicado y, en promedio, después de tres noches de hospitalización, el paciente puede irse de alta. “Hay que advertirle que seguirá tomando fármacos, pero la meta es que después de un tiempo, sólo sea uno y en dosis bajas”. El doctor Campos explica que no se opera para dejar al paciente sólo libre de crisis, sino también para regalarle una mejor calidad de vida. “Consideraría un fracaso si alguien queda libre de crisis y no se integra a una vida normal”. En el caso de los niños, la meta es que “puedan desarrollarse adecuadamente. Ganamos un niño sano para la sociedad y una familia que vuelve a su equilibrio”.
CIRUGÍA EN CLÍNICA LAS CONDES
Clínica Las Condes cuenta con un Centro Avanzado de Epilepsias, el que posee todas las herramientas para un diagnóstico preciso, con estándares similares a entidades equivalentes de Europa y Estados Unidos. “Contamos con 176 pacientes operados, de los cuales 100 son niños. De ellos, 75%, que se operaron con intención curativa, se encuentran totalmente libres de crisis y han podido volver a una vida normal”.
El Centro Avanzado de Epilepsias está integrado por un equipo multidisciplinario de neurólogos infantiles, de adultos, expertos en encefalografía, neurorradiólogos, especialistas en medicina nuclear, psiquiatras, neuropsicóloga, enfermera, entre otros profesionales.
Este centro, que forma especialistas a través de becas, también ayuda a crear programas de cirugía de epilepsia a centros hospitalarios del extranjero, como son los de Lima, Quito y Guayaquil. El Centro Avanzado de Epilepsia de CLC es considerado uno de los líderes de cirugías de epilepsia del cono sur. Nuestra clínica ha puesto toda esa experiencia a disposición de los pacientes que la requieran. De hecho, “40% de los pacientes que hemos operado de epilepsia pertenecen a Fonasa o son beneficiarios de planes no óptimos de Isapres”, destaca el médico.