A pesar de que el diagnóstico puede ser devastador para los padres, con un correcto tratamiento es posible que los niños puedan llevar una vida normal.
La diabetes es una enfermedad que se caracteriza por la incapacidad de metabolizar los hidratos de carbono. Existe una deficiencia absoluta o relativa de insulina, que produce hiperglicemia y que puede derivar en cetoacidosis e incluso edema cerebral. En los niños, en su mayoría, la diabetes es del tipo 1.
“Existen tres tipos de diabetes en la niñez: la tipo 1 (inmunomediada), la tipo 2 y la MODY”, explica la doctora Vivian Gallardo, endocrinóloga infantil de Clínica Las Condes. En el caso de la primera, que es más conocida como diabetes mellitus 1, juvenil o insulinodependiente, es la más frecuente en la población menor de 18 años, ocupando un 90-95% de los pacientes con esta patología. “Se caracteriza por una destrucción masiva de las células beta del páncreas, con la ausente producción de insulina, requiriendo la administración diaria de esta hormona y, hasta el momento, no se puede prevenir”, señala la especialista.
En el caso de la diabetes tipo 2, se encuentra generalmente en niños más grandes o adolescentes. Corresponde al 3-5% de quienes tienen la enfermedad, aunque está siendo cada vez más frecuente con la epidemia de obesidad. Esta ocurre por una deficiencia relativa asociada a una utilización ineficaz de la insulina. Se debe en gran medida a un peso corporal excesivo y a la inactividad física.
En el caso de la tipo MODY (del inglés Maturity Onset Diabetes of the Young) se caracteriza porque se presenta, en general, antes de los 25 años, su herencia es autosómica dominante (es frecuente encontrar tres generaciones de una misma familia afectadas), algunas necesitan insulina, otras hipoglicemiantes y otras sólo manejo nutricional. Se conocen siete genes implicados en esta diabetes. La mayoría de ellos son los que regulan la secreción de insulina y otros factores de trascripción que intervienen en el desarrollo embrionario. Según el gen implicado, se puede clasificar en distintos tipos, siendo MODY 2 y MODY 3 los más comunes.
Los síntomas habituales de la diabetes, en general, son polidipsia (mucha sed), poliuria (mucha orina) y baja de peso con apetito permanente. “A las dos o tres semanas en que aparecen, comienza la descompensación y generalmente el paciente debe ser hospitalizado”, explica la facultativa.
Luego de que se detecta, comienza el tratamiento, que, según explica la doctora Gallardo, implica un alto grado de educación respecto de la enfermedad. “Se enseña el autocontrol, que es administrar la insulina, realizar los controles de glicemia capilar, prevenir descompensaciones, etc. Además del manejo nutricional, que sepan leer las etiquetas de los productos, a limitar la ingesta de carbohidratos, entre otras cosas”.
Es importante saber manejar la diabetes, porque si ésta no es controlada o se hace en forma incorrecta, puede generar daño vascular micro y macro; daño renal y alteraciones neurológicas, cardiovasculares y oftalmológicas, las que pueden ser muy graves y comprometer en el paciente su calidad de vida.
El Centro de Diabetes Infantil de Clínica Las Condes cuenta con un equipo multidisciplinario que apoya y acompaña, tanto a los pacientes como a sus familias, a salir adelante en forma exitosa de esta enfermedad. Cuenta con nutricionistas, psicólogos y médicos especialistas dispuestos a atender y responder cualquier duda, en el momento en que sea requerido.
DÍA MUNDIAL DE LA DIABETES
El 14 de noviembre se celebra el Día Mundial de la Diabetes, instituido por iniciativa de la Federación Internacional de la Diabetes y la OMS. Se celebra en esta fecha para conmemorar el aniversario del nacimiento de Frederick Banting, quien, junto con Charles Best, tuvo un papel determinante en el descubrimiento, en 1922, de la insulina, hormona que permite tratar a los diabéticos y salvarles la vida.