Utilizar un lenguaje adecuado y saber responder a sus miedos es fundamental para sobrellevar mejor la situación.
La separación o divorcio de los padres siempre afecta a los hijos. La incertidumbre o dudas que puede generar, pueden ser más llevaderas de acuerdo a lo que los padres le informen y cómo lo hagan. “Sienten inseguridad, temor al futuro y a perder su familia. Pueden sentirse culpables de la separación, que algo hicieron mal. También el temor a perder sus padres, al rechazo del progenitor que se va, perder la protección y apoyo que le brindaban”, afirma la psiquiatra infantil de CLC, doctora Paulina Castro.
El doctor Funes recomienda, por último, “darle a la sexualidad un sentido positivo, pero a la vez privado y que debe abordarse con responsabilidad”.
La especialista afirma que los niños desde los 10 años están centrados en las competencias, en ser o no capaz. Ante la noticia de la separación sienten pena, confusión, rabia y se enfurecen con ambos padres. También se complican con temores a ser rechazados en el colegio y por los amigos. “El niño vive momentos de incertidumbre que deben ser aclarados por los padres. Pueden aparecer diversos síntomas como dolores, accidentes, alteraciones en el sueño o aislamiento”, explica.
¿Qué hacer?
La forma en que los padres informan esta situación a sus hijos es clave para tratar de disminuir, el dolor que conlleva. La facultativa señala que es importante que ambos padres lo hagan frente a todos los niños reunidos, aunque éstos sean pequeños. Es importante dar una versión única y que no cada padre comience a relatar “su verdad”. “Con esto se evita que los niños queden atrapados en lealtades que puedan significar la pérdida adicional de uno de los padres en ese difícil momento. Si la relación entre los padres no garantiza la consistencia entre ellos y el bien superior del cuidado de los niños, recomendaría hacerlo por separado, con la precaución de no descalificar al otro”.
Muy importante es también que se realice en un lenguaje adecuado a la edad de los niños, asegurándose que el más pequeño pueda entender el mensaje. De esta manera, se promueve que los hermanos se puedan acompañar, compartir dudas, temores y las vicisitudes del proceso de separación.
Se recomienda evitar los discursos, aunque sí decirles que los padres no seguirán viviendo juntos, pero que los seguirán cuidando, protegiendo y por supuesto queriendo. Hay que transmitirles que la familia sólo cambia en su organización y no desaparece ni se pierde. “Es importante que se respondan y aclaren sus dudas en la medida que vayan apareciendo y eso repetido en el tiempo. El tema es evolutivo, las preguntas serán distintas en cada etapa del desarrollo”, asevera la especialista.
¿DIVORCIO O SEPARACIÓN?
La doctora Paulina Castro comenta que a los niños puede que no les quede claro el término divorcio, por lo que aconseja no utilizarlo. “Depende de la edad de los niños. A los 10 años puede resultar más claro el concepto de separación. Es un concepto relacional que es el que tienen que manejar los niños, el divorcio es un término jurídico que no es necesario para su desarrollo”, afirma la profesional.