Rodrigo Jarpa, sexólogo de Clínica Las Condes, desmiente la frase. Por otro lado, nos cuenta que cada vez más hombres buscan especialistas para tratar la falta de deseo sexual.
Parejas que en realidad son más amigos que pareja, es una situación que se está volviendo cada vez más común en Chile. Casos en que, a pesar del cariño, el deseo y la disposición a tener una relación sexual se apaga, afectando a hombres y mujeres.
El psicólogo
Rodrigo Jarpa, doctorado en sexualidad humana en el Institut for Advanced Study of human Sexuality, y especialista del
Programa de Sexualidad y Bienestar Integral de Clínica Las Condes, cuenta que antes los hombres llegaban a verlo principalmente por problemas como
disfunción eréctil o
eyaculación precoz, pero hoy las terapias por
falta de deseo masculino se han disparado.
“En el contexto de relaciones estables heterosexuales, cuando el hombre tiene menos deseo o interés, el ranking de rollos mentales (en las mujeres) es: uno, no le gusto o no le provoco deseo; dos, tiene otra mujer, y tres, es gay. Pero la mayoría de las veces la respuesta es: ninguna de las anteriores”, dice.
Es una situación que ha ocurrido siempre, pero hoy los hombres se están atreviendo a abordarla. “Estamos permitiéndonos salir de esa construcción de macho boy scout, de macho alfa. Los hombres están aceptando este problema, entendiendo que es algo frecuente y absolutamente solucionable”, indica.
La
terapia para tratar la falta de deseo sexual consiste, básicamente, en identificar y afrontar las causas, que pueden ser muchas. Algunas de ellas son:
- El estrés.
- Cansancio.
- Sensación de no sentirse físicamente atractivo.
- Falta de tiempo.
- Efectos secundarios del consumo de medicamentos antidepresivos, que están entre las principales causas.
Pero también hay problemas en los vínculos:
parejas demasiado alejadas o muy cercanas, en los que el vínculo erótico se va mermando. Otras que creen que el deseo surge espontáneamente o asuntos más profundos, como el miedo de los hombres a la nueva mujer, más empoderada y fuerte, que cuestiona el rol tradicional masculino.
Lo principal, asegura el especialista, sigue siendo el
peso de las expectativas. “Esta idea de meter números en la cama termina angustiando a la mitad de Chile. Le damos tanta importancia al sexo que al final pierde su sentido, porque es una importancia desde el deber ser. Cada uno es experto en sí mismo, sobre todo en sexualidad, algo tan diverso, subjetivo y personal. Hay que reforzar esa idea y rebelarse contra lo impuesto por terceros”, enfatiza.