Baja de notas en niños y jóvenes: ¿Por qué se producen?
20 de julio, 2016
·Adolescentes
En los adolescentes, los cambios típicos de esta etapa no explican todos los casos de bajo rendimiento escolar.
La
adolescencia es un período de grandes cambios, tanto en el aspecto biológico como emocional, social y académico. En esta etapa no sólo deben acostumbrarse a los cambios de su cuerpo, sino que
necesitan validarse frente a sus pares y lograr mayor independencia de sus padres, “lo que interfiere en su motivación académica en un período que además requiere mayor dedicación por el aumento en las demandas escolares”, explica la
doctora Eliana Rodillo,
neuróloga de Niños y Adolescentes de Clínica Las Condes.
Son varias las razones por las que los adolescentes pueden bajar las notas en el colegio, indica la especialista, entre ellas, el
estrés frente a la necesidad de adaptarse a los cambios y exigencias propias del período, la disminución en las horas de sueño, la exposición a exceso de tecnología que los distrae del estudio, problemas de aprendizaje, déficit atencional, trastornos emocionales y
bullying.
Pero también puede ocurrir que al aumentar la carga académica se acentúen dificultades escolares previas o que se manifiesten dificultades que antes el niño era capaz de superar, como organizarse (postergar las tareas hasta último minuto), seguir las reglas de la clase o regular su conducta y emociones, además de problemas de comprensión lectora o en la redacción de textos a nivel más complejo.
Puede ser, simplemente, que el rendimiento escolar sí sea el adecuado para ese niño y “lo que falla son las expectativas de los padres o del mismo niño”, dice.
Hay que estar atentos a la existencia de problemas de aprendizaje, déficit atencional y/o trastornos emocionales, como el trastorno ansioso, y
consultar a un especialista si existe una desmotivación importante por lo académico y si afecta otros ámbitos como el social; cuando el esfuerzo del niño(a) no se condice con sus resultados; si hay cambios de conducta importantes como irritabilidad, alteración del sueño y/o alimentación; uso excesivo de redes sociales (internet) y cuando existe un rechazo escolar.