Otitis en verano: tips para prevenirla
16 de enero, 2017
·Tratamiento y Recuperación
Pasar mucho tiempo bajo el agua puede provocar la inflamación en el oído. Con estos tips conoce cómo evitarla.
La
otitis es
una inflamación del oído que se produce, en general, por una infección. Provoca dolor intenso y -dependiendo de si es externa o media- también fiebre y trastornos en la audición.
El doctor
Gonzalo Nazar, otorrinolaringólogo de Clínica Las Condes, explica que la otitis típica del verano es la “otitis externa”, es decir, del tímpano hacia fuera, producida por el contacto con el agua por períodos prolongados. “El
exceso de humedad, produce dos fenómenos: se limpia en exceso el cerumen, que es una secreción protectora; y el exceso de agua incluso hace que la piel se empiece a macerar un poquito y eso facilita la puerta de entrada de gérmenes a la piel”, señala el especialista.
Pasar
mucho rato con la cabeza bajo el agua, ya sea en piscinas, lagos o el mar, puede provocar la otitis externa. Para reconocerla –y diferenciarla de la otitis media, que es más común en guaguas- basta con comprobar que el niño siente un dolor muy fuerte incluso al contacto superficial (al tocarle la oreja). También es común que aparezca picazón.
De acuerdo al doctor, el
lavado continuo del conducto auditivo es lo que provoca que
se pierda el pH ácido que naturalmente da el cerumen, que actúa como capa natural de defensa. Para evitarlo, una de las recomendaciones es que el niño no pase más de 20 ó 30 minutos seguidos en la piscina, descansando fuera del agua al menos por 30 ó 40 minutos antes de volver a nadar.
Además de dosificar el tiempo, utilizar tapones también es una buena alternativa –cuando se tiene tendencia a desarrollar otitis- y preocuparse de secar bien por fuera, aunque no usar cotonitos. Debe ir al especialista si el dolor es persistente e intenso, mientras, aplicar calor local puede ayudar con la inflamación.
Tips para prevenir la otitis en verano
- Los tapones son una alternativa: son típicos de los surfistas o nadadores y hay versiones en tallas pediátricas para niños pequeños. El especialista, en algunos casos también puede recomendar soluciones que ayuden a restablecer el pH del conducto auditivo.
- Dosificar el tiempo en el agua: evita estar por mucho rato sumergido en el agua o nadando. Un niño no debería pasar más de 20 ó 30 minutos seguidos en la piscina. Debe descansar fuera del agua al menos 30 ó 40 minutos antes de volver a nadar.
- No limpiar los oídos: el cerumen es una protección natural del oído, por lo que no es necesario limpiarlo, a no ser que produzcas mucho. No mojarse los oídos en la ducha y nunca lavar con jabón o champú el conducto auditivo.
- No usar cotonitos: limpiar con un cotonito no solo es innecesario, sino que puede ser peligroso, porque puede provocar lesiones en el conducto auditivo e incluso en el tímpano. Sólo es recomendado usarlos para limpiar el pabellón auricular (la oreja).
- El alcohol puede ayudar: se usa como medida preventiva, solo o mezclado con algunos ácidos, para imitar la acción del cerumen, que acidifica un poco el oído. A veces, secando con alcohol y algunos ácidos suaves se puede protegerlo. Un cucurucho definitivamente no.
- Consultar a un especialista: si el niño se queja de picazón o dolor de oídos, especialmente si se ha expuesto a humedad excesiva o ha usado cotonitos.