Pueden ser musculares o tendinosas y llegan al 60% del total de lesiones.
Cada 1.000 horas de practicar
fútbol se producen 7,5 lesiones, es cosa de mirar un partido para notar como contracturas, desgarros y golpes son comunes en la cancha.
El Equipo de Rodilla de Clínica Las Condes, explica que las lesiones más frecuentes en futbolistas profesionales son las llamadas
lesiones por sobrecarga, que comprenden el 60% del total de lesiones.
Estas lesiones se dividen en
musculares, como contracturas, desgarro miofacial y desgarro fibrilar, en los músculos isquiotibiales, gemelos, aductores y cuádriceps; y las tendinosis aquiliana y rotuliana.
“Esto tiene que ver con la alta carga de trabajo físico que tienen en los entrenamientos (18 horas semanales) y por el alto desgaste físico que tienen en partidos de competencia. Por eso es tan importante el apoyo de la medicina del deporte en evaluación física y planificación de cargas como también en aspectos que tienen que ver con la recuperación física al esfuerzo”, señalan los especialistas.
Otras lesiones se relacionan con la condición de deporte de contacto, y ahí están los esguinces de
tobillo y
rodilla, rotura de
meniscos y rotura de ligamento cruzado anterior de rodilla.
En
futbolistas amateur o de fin de semana, las lesiones son distintas, pues tienen menos preocupación por entrenar en la semana, lo que los predispone a tener muchas más lesiones traumáticas, como las de rodilla, esguince medial, rotura de ligamento cruzado anterior, rotura meniscal y esguince de tobillo.
“El deportista de elite se exige al máximo para lograr su mejor condición física. Eso requiere que tenga un equilibrio en la alimentación, suplementación nutricional, hidratación y descanso. Es muy importante dormir bien: mínimo 8 horas”, enfatizan los traumatólogos.
Se trata del llamado entrenamiento invisible, que es tan importante como el entrenamiento físico, dice. “Otra forma de prevenir lesiones es con la ayuda de las evaluaciones médicas continuas que determinan y corrigen desbalances musculares o sobrecargas físicas con exámenes de sangre”, indican.