Un ambiente grato ayuda a que los niños quieran seguir practicando.
Según la Encuesta Nacional de Hábitos de Actividad Física y Deportes (2015) del Ministerio del Deporte (Mindep), el 80,2% de los chilenos de más de 18 años son
sedentarios.
Esta encuesta también encontró que la razón que más se repite para “no practicar” actividad física es la
falta de formación y hábitos, con un 25%. Si quieres evitar que tus hijos sean parte de esa cifra en el futuro, debes partir con tu ejemplo.
“El gusto por el ejercicio aumenta significativamente cuando los niños han visto esta práctica habitualmente en sus hogares, ya que es más determinante ver una conducta y aprenderla, que seguir instrucciones y hacer lo que “los padres dicen”, indica
Andrea Elizalde, profesora de Educación Física y magíster en Psicomotricidad del
Centro de Medicina del Deporte de Clínica Las Condes.
A su juicio, en la actualidad existen tantos distractores tecnológicos, como panoramas atractivos de vida activa y saludable, que pueden disfrutarse con los mínimos medios, en contacto con la naturaleza y en familia. Lo importante es que tú como padre o madre te plantees la siguiente pregunta: ¿Cuáles de estos pasatiempos son los que se fomentarán en su hogar?
“Hoy es necesario que los
niños jueguen acompañados de un adulto en lugares públicos, debido a las condiciones de seguridad y esto es sumamente importante pues refuerza el vínculo de confianza y cercanía entre padres e hijos, en situaciones diferentes a las que se viven diariamente en la rutina del hogar. Por otra parte, cuando los
padres asisten a los eventos deportivos del colegio deben ir a
disfrutar y alentar la participación de sus hijos y dejar un poco de lado las expectativas de competencia”, recalca Andrea Elizalde.
Está comprobado que los niños y niñas que participan con más facilidad en ambientes emocionalmente propicios, donde existe alegría y camaradería, querrán volver a esos lugares y seguramente se sentirán incluidos y protegidos por sus pares y profesores.
“Si los padres fomentan el espíritu de equipo y la competencia como parte del juego, los niños van a desarrollar más rápido el sentido de pertenencia y querrán seguir participando”
— Profesora Andrea Elizalde
Pero si durante las competencias los padres/madres generan un ambiente de exigencia e intolerancia con los resultados, es muy probable que esos niños no quieran practicar este u otros deportes y terminen siendo parte del alto porcentaje de deserción y sedentarismo infanto-juvenil que hoy existe en el país.