Cada cierto tiempo nos impacta la noticia de algún menor que sufre un "evento", ya sea arritmia, un desmayo, o que lamentablemente muere mientras practicaba algún deporte. Y ahí comienzan las preguntas: ¿Cómo es posible que esto ocurra a alguien tan joven?¿Nunca antes había tenido una molestia?¿Qué precauciones debemos tomar? Lo primero que hay que saber es que en 80% de las situaciones estos "eventos" se deben a enfermedades cardiovasculares desconocidas por los jóvenes, y sólo en el 20% restante a enfermedades subyacentes, traumas severos, crisis asmáticas, pérdidas de conciencia, fatigas en un medio ambiente estresante (actividad física intensa con mucho calor), y situaciones extremas y fatales como un pelotazo en el pecho. También aparecen asociados a algunas causas tan cotidianas como un resfrío común. En estos casos el corazón puede estar más susceptible a presentar un evento negativo. Esto es muy difícil de pesquisar y es la razón por la que se recomienda a los pacientes que se recuperen por completo antes de volver a realizar ejercicios.
"Por lo general, en los casos de muerte súbita o inesperada en jóvenes deportistas, no hay conocimiento previo de enfermedades cardiacas a pesar de que puedan existir patologías congénitas. Por esto es tan importante que todos quienes practiquen deporte se sometan a un chequeo preventivo", señala el jefe de Cardiología de CLC, doctor Patricio Venegas.
¿Por qué suceden los eventos?
Los eventos ocurren en sujetos que tienen una condición de salud que implica el riesgo: eventuales enfermedades genéticas o adquiridas. Pero también existen algunos factores que pueden desencadenarlos, incluso en sujetos sanos:
- Mala nutrición e hidratación.
- Por uso de estimulantes, como exceso de bebidas energéticas o suplementos con sustancias como efedra y otras; uso de estimulantes farmacológicos, como antigripales, o por uso de drogas sociales, como cocaína.
- Factores climáticos como esmog o exceso de calor.
Chequeos
El chequeo médico preventivo ayuda a pesquisar factores de riesgo y a determinar si es o no seguro que una persona practique algún deporte en particular. Todo chequeo médico debe incluir la historia clínica, los síntomas, un examen físico (cardiovascular y aparato locomotor) y un electrocardiograma. Esto puede ayudar a identificar y tratar los problemas de salud que podrían interferir con determinadas actividades físicas.
Cómo Prevenir
- Realizar un chequeo en edades infanto-juveniles (a los 10 y luego a los 15 años) que considere la actividad física que realizan los menores y que se enfoque en si el menor es apto o no para determinado deporte. La magnitud del chequeo dependerá de la intensidad de éste.
- Revisar las condiciones ambientales en las que se van a realizar las actividades. En días de esmog, evitar los ejercicios aeróbicos intensos y realizar actividades recreativas que no requieran de gran ventilación pulmonar. En los días de calor intenso, preocuparse de la hidratación (tomar líquido antes, durante y después de hacer ejercicio) y del uso de ropa adecuada (no debe ser impermeable y, si hace frío, ponerse capas).
- Preocuparse de la seguridad en torno a las prácticas: adaptar las reglas a los niños, por ejemplo, hacer más pequeñas las canchas de fútbol; hacer hincapié en que el tipo de contacto físico sea contenido, y evitar en los deportes de contacto la asimetría corporal, no agruparlos por edad sino por desarrollo corporal.
Los Colegios
El personal de un colegio, al menos los profesores de educación física, deben estar capacitados en primeros auxilios tanto para urgencias médicas como para RCP (Reanimación Cardio Pulmonar). Por otra parte, las instituciones deben tener un botiquín mínimo para ese tipo de urgencias que incluya, entre otras cosas, un desfibrilador automático externo (DEA).
Otro punto importante es que las clases de educación física deben estar enfocadas en estimular la realización de actividad física; en transformar a los niños en sujetos activos y no generarles experiencias negativas con el ejercicio y la sobreexigencia. Por ejemplo, el Test de Cooper no puede ser la primera prueba del año. Los jóvenes deben estar preparados físicamente y haber entrenado antes de ser evaluados.