Fimosis
¿Qué es, cuáles son los signos de alerta y cuándo requiere una intervención quirúrgica?
Aunque el 95% de los niños nace con el orificio prepucial cerrado, lo normal es que dentro de los primeros tres años de vida la piel del pene se pueda retraer hasta dejar al menos parte del glande al descubierto. Sin embargo, entre 3 y 4% de los niños tiene un prepucio que no evoluciona de esta manera y presenta una estrechez –o fimosis– que impide la movilidad de la piel que recubre el pene.
Signos de alerta
Las mamás suelen pensar que haciéndole ciertos masajes o ejercicios a los lactantes se puede acelerar el proceso de la fimosis fisiológica, es decir, ayudar a que esta desaparezca. Sin embargo, en la mayoría de los casos la realización de este tipo de maniobras, al forzar la piel, determina la aparición de pequeñas fisuras que al cicatrizar generarán un anillo que perpetuará o hará más difícil de mejorar la estrechez prepucial. Por ello, no se recomienda a las madres retraer el prepucio.
La fimosis puede traer problemas como inflamación (por las secreciones que se acumulan entre el prepucio y el glande), dolor durante las erecciones o también, generar problemas de urgencia, como la parafimosis, una retracción repentina de la piel prepucial hasta debajo del glande y estrangulamiento del mismo.
Diagnóstico
El diagnóstico de fimosis es clínico, se establece cuando el prepucio no es retraíble total o parcialmente y se aprecia un anillo de estrechamiento, que se marca sobre la cabeza del glande.
Procedimiento
Existen 3 tipos de circuncisiones:
- Neonatal: se realiza por razones culturales (a solicitud de los padres) o por indicación médica en pacientes con diagnóstico antenatal de patología urológica en que exista un mayor riesgo de infección.
- Clásica: es la que se realiza cortando la piel prepucial de manera tal que el glande quede completamente descubierto.
- Parcial o cosmética: en este tipo de circuncisión se deja el prepucio sano, cubriendo el glande en forma parcial.
La elección del tipo de circuncisión depende de varios factores entre los cuales destacan razones culturales, riesgo de infección urinaria y el cuidado post operatorio.
Post operatorio
Las complicaciones posteriores son muy poco frecuentes y la recuperación suele ser bastante rápida, con menos molestias de lo que uno pudiera pensar. Por lo general, a los tres días el paciente ya juega y se moviliza sin dolor, y a la semana está incorporado al jardín o colegio. En los adolescentes y adultos, en cambio, el período de recuperación suele ser más prolongado y doloroso.
¿Cuidados especiales? Se deja sobre el pene un apósito estéril transparente que disminuye el edema y las molestias del roce. Los niños no deben bañarse en 3 a 4 días. Se dejan analgésicos habituales por 3 a 5 días.
Anestesia segura en niños
Especialmente pensado para los niños, Clínica Las Condes cuenta con un programa de anestesia no estresante a cargo de un grupo de anestesiólogos pediátricos expertos. Es que por sus características, los menores suelen ser reticentes a los pinchazos (punción venosa), por lo que el período de inducción (el tiempo que transcurre desde que se empieza a administrar la anestesia hasta que el paciente se queda dormido) no se hace por vía intravenosa como en los adultos, sino que a través de una mascarilla. Al niño se le hace respirar e “inflar un globo” (bolsa reservorio de los gases anestésicos).
Lo anterior se hace acompañado en todo momento por uno de los padres, quien permanece en el pabellón hasta que el niño se duerme, colaborando en la inducción anestésica. La idea es que esta no sea una experiencia traumática para el menor.
Ello, sumado a la última tecnología, permite a Clínica Las Condes ofrecer a los pacientes la mejor monitorización perioperatoria, haciendo el acto anestésico uno muy seguro.