El piso pélvico es el que tiene que soportar, en contra de la fuerza de gravedad, todo el peso de los órganos abdominales, el peso de la vejiga, cuando ésta está llena, y todavía más difícil, el del útero durante los nueve meses de gestación.
La bipedestación en este sentido tuvo un efecto deletereo para el ser humano al cambiar la distribución del peso y el eje en que se ordenan los órganos. Se suma a esto el hecho que la expectativa de vida ha ido aumentando progresivamente y hoy en día para la mujer chilena llega a los 83 años.
Nos hemos vuelto también más exigentes en cuanto a calidad de vida, trabajamos en ambientes cada vez más demandantes y tenemos que mantenernos en buena forma por más años.
Es así como el término Piso Pélvico se escucha ahora con más frecuencia ya que su disfunción tiene relación con varias incomodidades que pueden afectar la calidad de vida de la mujer, como son la incontinencia de orina, los prolapsos genitales y la incontinencia de gases y deposiciones.
Pero por la estigmatización social negativa que podría tener reconocer ser portadora de una de estas patologías, muchas veces se ocultan y se padecen en silencio.
Se sabe por ejemplo que el 44% de las mujeres que sufren un desgarro vaginal durante el parto, desarrollan más adelante algún grado de disfunción del piso pélvico. El riesgo de desarrollar una incontinencia urinaria aumenta con la paridad, como también la probabilidad de un prolapso genital, explica la doctora Elizabeth Iost, ginecóloga y obstetra de Clínica Las Condes.
Por esta misma razón es que el 40% de las mujeres mayores de 50 años sufren de algún grado de incontinencia de orina.