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Infecciones Vaginales: Tipos y Tratamientos

Tipos de infecciones vaginales

¿ Sabías que todas las mujeres, sin importar su edad, son susceptibles de infecciones vaginales. Por esto, es fundamental que conozcas las que se dan con más frecuencia y que sepas cuáles son sus síntomas. Entre los principales agentes infecciosos de las vulvovaginitis, se cuentan la Candida albicans, Gardenerella vaginalis y Trichomonas vaginalis.

Por otra parte, las infecciones de transmisión sexual también son un motivo de preocupación en el grupo de adolescentes, siendo las más frecuentes las causadas por Chlamydia trachomatis, Virus papiloma humano y Virus herpes simplex. Dentro de las consultas realizadas en Ginecología de la Adolescencia en CLC, la sospecha de infecciones representa un 13% de los motivos de consulta, diagnosticándose vulvovaginitis micótica en 44% de ellas.

Vaginosis bacteriana: 

El uso prolongado de antibióticos, las alteraciones hormonales y las duchas vaginales determinan una alteración en la flora vaginal normal, reemplazando el crecimiento de lactobacilos acidófilos, por el de Gardenerella vaginalis y otras especies de bacterias anaerobias. Se presenta con flujo vaginal homogéneo, blanco, a veces grisáceo, que cubre suavemente las paredes vaginales, con mal olor. El problema es que hasta en el 50% de las pacientes es asintomática.

Su tratamiento se realiza con antimicrobianos por vía oral durante una semana o en forma de cremas vaginales.

 

 

 

 

Candidiasis: 

Es causada por la Candida albicans, un hongo que coloniza el recto de muchas personas sanas. Cuando este organismo se multiplica de forma descontrolada por tratamientos hormonales, antibióticos, humedad prolongada o enfermedades como la diabetes, se produce la infección. El origen del hongo puede ser tanto de la propia flora endógena del paciente (forma parte de la flora del tubo digestivo) o bien por contacto sexual.

Las molestias se caracterizan por prurito vulvar y vaginal, flujo vaginal y puede presentarse disuria asociada. Quienes han iniciado actividad sexual refieren ardor vaginal coital o postcoital.

En el examen físico se puede encontrar eritema de piel y mucosas, edema vulvar, fisuras y excoriaciones, entre otras cosas. El diagnóstico debe ser realizado por un ginecólogo y su tratamiento se realiza con antimicóticos orales.

 

 

 

Vaginitis por trichomonas: 

Es una de las infecciones de transmisión sexual más frecuente. Este mecanismo de contagio está limitado por la labilidad de este parásito. Cerca de 50% de las mujeres que son portadoras del microorganismo, no presenta síntomas y esto facilita el contagio.

En las mujeres sintomáticas se produce un flujo vaginal de mal olor, abundante, espumoso, que puede ser amarillo o amarillo verdoso.

Es clave saber que los hombres son portadores asintomáticos y actúan como un reservorio para la infección de las mujeres. Se deben tomar antimicrobianos y tratar a la pareja.

 

 

 

Chlamydia Trachomatis (CT): 

Dentro de los factores de riesgo en adolescentes para contraer la infección por CT, está el inicio de actividad sexual a menor edad, el uso inconsistente del condón y tener una pareja 2 años mayor. Un 70-75% de las pacientes son asintomáticas.

Los síntomas pueden presentarse como dificultad para orinar, secreción mucopurulenta (con moco y pus) o purulenta (con pus), flujo sanguinolento, sangrado irregular o sangrado durante las relaciones sexuales, entre otras cosas. Se recomienda realizar screening anual en todas las mujeres menores de 25 años y en las mujeres mayores que presenten factores de riesgo.

 

 

 

 

Tips para jóvenes 

Independiente de si tienes o no una vida sexualmente activa, debes ser responsable de tu salud genital.

  • Mantén una higiene adecuada. Lava diariamente tu zona genital –especialmente durante la menstruación– pero sin utilizar jabones agresivos ni duchas vaginales, ya que pueden acabar con la flora natural y provocar infecciones.
  • Límpiate siempre de adelante hacia atrás para impedir que los gérmenes del ano entren en contacto con la vagina o la uretra.
  • Conoce tus genitales. Es importante que tengas un conocimiento amplio de su funcionamiento para que puedas detectar con mayor facilidad cualquier cambio que se produzca.
  • Controles ginecológicos: al menos una vez al año debes ir a revisiones ginecológicas, especialmente si tienes relaciones sexuales.
  • Aparte de la abstinencia y la fidelidad, debes tener claro que el preservativo es la forma más segura para prevenir cualquier forma de infecciones de transmisión sexual (ITS) y de cualquier otra infección genital.
  • Duerme sin ropa interior para dar oportunidad de oxigenar los genitales.
  • Usa ropa interior de algodón, no de lycra o nylon.
  • Elige toallas higiénicas de tela suave, sin malla-sec.




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