Los padres deben estar atentos a que sus hijos hagan un uso enriquecedor de su tiempo libre.
¡Apaga el computador! ¡deja de jugar play station! ¿hasta cuándo ves televisión? Anheladas por los niños, las vacaciones pueden convertirse en un dolor de cabeza para los padres, sobre todo cuando ven a sus hijos con cara de aburridos o “instalados” frente a la pantalla del computador o de la televisión. Es que al contrario de lo que ocurría hace algunas décadas atrás, cuando había más vida de barrio,
las generaciones actuales son “puertas adentro” y parecen menos motivadas frente a una bicicleta, una pelota o, incluso, una piscina.
“Los niños de hoy están acostumbrados a las actividades envasadas y se muestran poco entusiastas a la hora de inventarse las entretenciones. Nuestros hijos se sientan frente a una pantalla, juguete o consola donde todo viene precocinado. En ese sentido, el desafío de los padres es
cómo hacer que las vacaciones cumplan con ser una etapa de descanso, diversión y desarrollo personal y no se reduzcan a pasar parte importante del día frente a las pantallas”, sostiene la
doctora Isabel Margarita López, del departamento de Neurología Infantil de CLC.
De acuerdo a lo que señala la profesional, la importancia de este período de descanso radica en la posibilidad de realizar actividades distintas a las habituales, que permitan descubrir nuevas capacidades y brinden satisfacción. “Es un tiempo donde se puede abrir la mente a otras cosas y
los padres deben ayudar a los niños a organizar su tiempo libre. Y aunque es normal que se relajen las obligaciones, las vacaciones de todas formas tienen que tener cierta estructura”.
Más vida en familia
A juicio de la doctora López, lo principal es que estos meses constituyen una oportunidad para la vida familiar. “El año escolar es muy demandante y las relaciones familiares se centran principalmente en el colegio y las tareas.
En vacaciones, en cambio, se dan las oportunidades para crear instancias de interacción que permitan conocernos más a fondo; los padres podrían tratar de llegar más temprano, tomarse un día libre, hacer una salida no planificada o sobremesas más largas”.
Algunas de las alternativas que la especialista propone son
organizar paseos para conocer los hitos culturales de la ciudad, asistir a exposiciones artísticas, inscribir a los niños en talleres de arte o deportivos, incentivar la lectura o entregarles una responsabilidad dentro del hogar.
“De acuerdo a sus propios intereses, se puede ofrecer un pequeño trabajo, como pintar una parte de la casa, arreglar algo que no está funcionando, encargarse de anotar la lista de compras u otras labores que les hagan sentirse útiles y desarrollen el sentido de responsabilidad y pertenencia. No se trata de que sea algo impositivo, sino de
recoger una inquietud que tal vez ellos mismos puedan tener”, puntualiza.
En ese sentido, la doctora López es enfática en señalar que las vacaciones no pueden ser un tiempo donde los hijos tengan “chipe libre” para hacer lo que quieran. “
Los padres tienen que asumir responsabilidades frente a la televisión y la web. Hoy sabemos de los riesgos que representa el uso no supervisado de Internet, en términos de la exposición a grooming y bullying. Por esto es necesario que lo padres eduquen a los niños y regulen su tiempo de uso”.
Para tener en cuenta
- Diversos estudios internacionales han demostrado que los niños que ocupan más tiempo frente a pantallas de televisión, videojuegos o computador comen en forma menos saludable, realizan menos actividad física y son menos creativos. Por ello, y luego de advertir las consecuencias negativas de esta “adicción”, la Academia Americana de Pediatría recomienda a los padres que sus hijos no pasen más de una hora diaria (y nunca más de dos horas) en estas actividades.
Con la colaboración del Departamento de Neurología Infantil de CLC.