Avances en Parkinson

Es la segunda enfermedad neurodegenerativa más frecuente en la población. Gracias a los últimos avances en diagnóstico y tratamiento, hoy los pacientes pueden tener una mejor calidad de vida.

Temblor en las manos, brazos, piernas, mandíbula y cara; rigidez de las extremidades y el tronco; lentitud de movimiento e inestabilidad de la postura son los principales síntomas de la enfermedad de Parkinson, un trastorno neurodegenerativo que, después del Alzheimer, es el más frecuente a partir de los 50 años, especialmente entre los hombres. Y si bien el actor Michael J. Fox es uno de los íconos mundiales en la lucha contra este trastorno, su caso no es muy frecuente: sólo el 10% de los pacientes tiene 40 años o menos.

Pese a que no existe claridad respecto de las causas que la producen, se sabe que la enfermedad de Parkinson ocurre cuando algunas células nerviosas de un área del cerebro, conocida como sustancia negra, mueren o sufren deterioro. Estas neuronas producen un químico cerebral muy importante, conocido como dopamina, responsable de transmitir las señales entre la sustancia negra y la siguiente “estación relevadora” del cerebro, el cuerpo estriado, que permite producir actividad muscular fluida y con un propósito.

“La pérdida de dopamina hace que las células nerviosas del estriado actúen sin control, dejando al paciente incapaz de dirigir o controlar sus movimientos de forma normal”, explica el doctor Marcelo Miranda, neurólogo de CLC.

Algunos estudios han demostrado que los pacientes con Parkinson presentan una pérdida del 80% o más de las células productoras de dopamina en la sustancia negra, y en las teorías propuestas por los científicos se plantea que su origen estaría en una toxina externa o interna que actuaría destruyendo selectivamente las neuronas dopaminérgicas. Así, un factor de riesgo ambiental como la exposición a pesticidas, podrían hipotéticamente ocasionar esta enfermedad en algunos pacientes. “Se cree que algunas personas presentarían una cierta predisposición genética, que los haría ser más susceptibles a estas toxinas, aunque no hay nada comprobado”, agrega el especialista.


Avances en su lucha


La enfermedad de Parkinson es crónica (persiste por un largo período de tiempo), y progresiva (sus síntomas pueden empeorar). No es contagiosa y por regla general, no se hereda. Si bien es progresiva, con los tratamientos actuales la sobrevida es prácticamente muy parecida a la de la población normal.

“A medida que los síntomas se van haciendo más pronunciados, los pacientes pueden tener dificultad para caminar, hablar y realizar otras tareas simples. Sin embargo, y pese a que no existe una cura definitiva, la terapia actual ha logrado mejorar la calidad de vida de los pacientes, al lograr sustituir en gran parte la falta de dopamina, pero también otros neurotransmisores como la serotonina y la acetilcolina, importantes en el ánimo y la cognición”, advierte el doctor Miranda.

El neurólogo destaca, además, que algunas áreas de investigación a nivel mundial han logrado identificar signos antecesores de la enfermedad, incluso décadas antes de que ésta se manifieste.

“Por ejemplo, trastornos conductuales del sueño REM (actuar los sueños) y pérdida del olfato. Eso permitiría administrar ciertos medicamentos en investigación que sean neuroprotectores, que pudieran ir protegiendo a las neuronas de su muerte”. Por otra parte, gracias a los avances en su diagnóstico, los pacientes hoy pueden recibir un tratamiento en forma precoz y prevenir un deterioro más significativo de sus funciones.

“Diagnosticar esta enfermedad no es fácil, porque muchas veces los pacientes consultan primero por lo que creen son dolores de huesos o musculares. En ese sentido, además del examen clínico -donde es posible observar signos como lentitud, falta de expresión en la cara, temblores, pérdida del equilibrio y trastornos del sueño- en CLC contamos con dos exámenes sumamente importantes: el Spect cerebral, que detecta la falta de dopamina en el cerebro, en el lado contrario a los síntomas, y la ecografía de cráneo o transcraneal que permite ver la localización de la enfermedad en la sustancia negra”.

De esta forma, con un diagnóstico oportuno y certero, los pacientes comienzan su tratamiento médico, en base a fármacos de última generación, en conjunto con terapias de kinesiología y fonoaudiología, que les permite seguir llevando una vida lo más normal posible.

Actualmente Clínica Las Condes cuenta con las mismas herramientas que cualquier centro avanzado a nivel mundial dedicado a estas patologías.


Síntomas


  • Rigidez muscular.
  • Temblores de diferentes intensidades.
  • Hipocinesia o falta de movimientos.
  • Mala estabilidad al estar parado.
  • Cara de pez o máscara, por falta de expresión de los músculos.
  • Lentitud de movimientos.
  • Si un movimiento no se termina, hay dificultades para reiniciarlo.
  • Acatisia o incapacidad para estar sentado sin moverse.
  • Movimiento de los dedos como si estuviera contando dinero.
  • Boca abierta, con dificultad para mantenerla cerrada.
  • Voz de tono bajo y monótono.
  • Dificultad para escribir, comer o realizar movimientos finos.
  • Deterioro intelectual (en ocasiones).
  • Estreñimiento.
  • Depresión, ansiedad.
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