Conocemos la importancia de un buen tratamiento y la diferencia que puede hacer el buen manejo de la radioterapia.
La mayoría de los exámenes consiste en la administración, por vía endovenosa, de determinados compuestos (diferente según el examen) unido a una cantidad muy pequeña de material radioactivo.
Ocasionalmente se da por boca, la mayoría de las veces es inyectado bajo la piel o llega a las vías respiratorias con un nebulizador.
Generalmente, no se requiere ninguna preparación y se hacen en forma ambulatoria. No se realizan en embarazadas, a menos que haya un riesgo vital para la madre.
La cantidad de material se adecua a la edad y peso del paciente para obtener un examen que permita hacer un diagnóstico con el mínimo de radiación posible.
En general, los exámenes de Medicina Nuclear producen menos radiación que un estudio de tomografía computada (escáner).
En un equipo detector de radiaciones se toman imágenes de la distribución del material administrado, mientras el paciente está acostado en una camilla.