Clínica Las Condes cuenta con el primer laboratorio de células madre mesenquimáticas para uso clínico en Chile y Sudamérica, el cual permite obtener la regeneración de diversos tejidos dañados.
Desde hace ya un año, Clínica Las Condes cuenta con el primer laboratorio de células madre mesenquimáticas dentro de un recinto hospitalario para uso clínico en Chile y Sudamérica, el cual permite obtener la regeneración de diversos tejidos dañados.
Enfermedades neuromusculares degenerativas y post traumáticas, enfermedades cardiovasculares, fístula colorrectal refractaria, son algunas de las patologías que hoy están siendo abordadas con “medicina del futuro” en Clínica Las Condes, pues, desde hace un año, CLC cuenta con un Centro Avanzado de Terapia Regenerativa Celular que hace posible tratar algunas lesiones de cartílago, tejido óseo y médula espinal con células propias de cada paciente.
Como explica el traumatólogo Rodrigo Mardones, director del proyecto y del Laboratorio de Ingeniería de Tejidos de CLC (el primer centro de terapia celular en Sudamérica): “las células madre mesenquimáticas concentradas y expandidas del propio paciente, que se encuentran en todo el organismo y que son las progenitoras de la piel, la grasa, el músculo, el cartílago y el hueso, permiten regenerar tejidos y rescatar articulaciones que eventualmente no tendrían otro tratamiento. Por ejemplo, lesiones de cartílago articular, necrosis avascular de la cadera, pseudoartrosis (huesos que han tenido una fractura y no consolidan) y lesiones de médula espinal que, con la aplicación de esta técnica pueden mejorar en uno o dos niveles la función neurológica del paciente".
Buen debut
Gracias a la moderna tecnología incorporada en este laboratorio es posible extraer alrededor de 15 cc de líquido desde la médula espinal de un paciente y reunir así entre 10 y 1000 células mesenquimáticas (capaces de diferenciarse en diversos tipos de células).
Estas son cultivadas durante tres semanas, multiplicándolas hasta los 10 a 60 millones, para luego aplicarlas directamente en la zona de la lesión. De este modo, se logra mejorar la velocidad y calidad de la reparación del tejido dañado.
"Antes, cuando se intentaba realizar esta terapia, la cantidad de células que obteníamos eran muy pocas, por ende, el riesgo de que el tratamiento no funcionara era alto. Hoy somos capaces de tomar estas células y aumentar la masa crítica de cada paciente". El especialista señala, además, que pese a que la idea original era usar la técnica como tratamiento para ortopedia y traumatología, lesiones de cartílago y problemas articulares, hoy es sabido que la expansión de células madre puede ser usada también para tratar infartos agudos al miocardio, enfermedades neurológicas y degenerativas, y hasta para la reconstrucción de tejidos como tráqueas y otros órganos. Por ello, en el futuro, el centro debiera permitir el tratamiento de enfermedades a la piel, la regeneración de córneas, intestino o de cualquier otro tejido.
¿El balance de este primer año? Según el doctor Mardones, se ha realizado un número importante y muy por sobre lo proyectado de expansiones, implantando satisfactoriamente células autólogas y logrando en todos los pacientes un avance en el resultado clínico de su enfermedad.
A corto plazo, el objetivo que se plantean como equipo es buscar nuevos programas que potencien y permitan el uso de terapia regenerativa celular a nivel nacional e internacional, iniciar un registro y seguimiento de pacientes tratados y entrar en contacto con centros similares y sociedades internacionales de desarrollo de terapia regenerativa celular.
“Actualmente se han beneficiado 16 pacientes en la fase piloto del proyecto. Sin embargo, entendiendo que la diversidad de patologías de tratamiento actual y en fase de desarrollo tiene una prevalencia sobre 40% en la población global, el uso potencial directo de esta terapia es altamente elevado, lo que permitirá su masificación. La proyección de tratamiento para los próximos 3 años es de 200 pacientes, sin incluir expansión para criopreservación, con lo que podría aumentar en al menos 1.000 expansiones por año”.
Innovación mundial
Varias son las razones que llevan a que este programa sea altamente innovador. En primer lugar, el hecho de tratarse de un tipo de terapia nueva, que puede abrir un área completamente distinta de tratamiento a enfermedades crónicas y degenerativas. Por otra parte, ser uno de los pocos programas con estas características en el mundo (excepto en Estados Unidos y algunos grupos serios en Europa, no existen proyectos de desarrollo y aplicación clínica directa de estas tecnologías en ninguna otra parte de América).
El modelo de desarrollo del programa también es innovador en su gestión de recursos, al comprometer fondos privados (CLC) y públicos (Corfo – Proyecto Innova 09 IEI 6568); lo mismo en la difusión de conocimiento, duplicable y aplicable previo entrenamiento en cualquier otro centro de alta complejidad. En definitiva, un beneficio para todo el país.
“En el ámbito de lesiones osteocondrales, esto es, lesiones que comprometen el cartílago de una articulación y su componente óseo, hoy nos sentimos capaces de tratar enfermos que de otra manera entrarían en un proceso de inhabilidad social y laboral, con todas las consecuencias que ello conlleva, manteniéndolos como individuos activos y asintomáticos, lo que genera un tremendo beneficio para el paciente tratado y en forma indirecta para toda su familia y entorno social. En la medida que más patologías se agreguen y que mejoren los resultados funcionales, este programa tendrá un crecimiento exponencial respecto de su impacto personal, comunitario y nacional”, concluye el especialista.