Una de las consecuencias más importantes de la endometriosis, aparte de su impacto en la calidad de vida, es la infertilidad. Por esto, el diagnóstico oportuno y un tratamiento efectivo otorgan mayores probabilidades de éxito.
Dolores menstruales severos y progresivos que no responden a los analgésicos comunes, ciclos cortos, menstruaciones abundantes e infertilidad, son algunos de los síntomas que permiten sospechar que una mujer sufre endometriosis: una enfermedad benigna que afecta a la mujer durante su edad reproductiva, desde la pubertad hasta la menopausia.
Según explica el doctor Gonzalo Duque, ginecoobstetra y parte del equipo de la Unidad de Medicina Reproductiva de Clínica Las Condes, esta patología se caracteriza por la presencia de endometrio –tejido que recubre el interior de la cavidad uterina- fuera de su lugar habitual, el cual experimenta los mismos cambios que el tejido localizado en el útero, creciendo y madurando bajo la influencia de las hormonas ováricas (estrógenos y progesterona) y descamándose durante el período menstrual.
La localización más frecuente de los implantes de endometrio son el peritoneo, los ovarios y los ligamentos posteriores y laterales del útero, donde se producen micromenstruaciones que provocan molestia e inflamación.
De esta forma, el dolor en la pelvis puede observarse durante el período de ovulación, hacia la mitad del ciclo, o durante todo el ciclo menstrual, como una molestia permanente en el bajo vientre (preferentemente durante la menstruación). También puede presentarse distensión abdominal, colitis y dolor rectal a la defecación durante el período menstrual; dispareunia (dolor durante las relaciones sexuales) y molestia urinarias (cuando se compromete la vejiga), entre otros.
Sin embargo, uno de los síntomas más importantes es la infertilidad, en la cual influyen tanto las alteraciones anatómicas de los órganos pelvianos que ocurren a consecuencia de la endometriosis –adherencias, distorsión de la relación entre la trompa y el ovario, y/o obstrucción de la trompa de Falopio- como la acción que ejercen sobre el ciclo reproductivo las distintas sustancias que secretan los implantes de endometrio.
De ahí que, ya sea para terminar con las molestias que afectan la calidad de vida de las pacientes como para contrarrestar la infertilidad que produce, en el diagnóstico y tratamiento no hay tiempo que perder.
Llegar oportunamente
El diagnóstico de la endometriosis requiere un método de estudio adecuado, donde además de la constatación de las molestias ginecológicas y extraginecológicas, se deben realizar exámenes complementarios que permitan descubrir su existencia. “Muchas veces nos ocurre que llegan pacientes que han consultado anteriormente en otros centros y que no han sido diagnosticadas en forma oportuna. De hecho, se estima que el diagnóstico se hace en promedio nueve años después del inicio de los síntomas, lo cual evidentemente empeora el pronóstico, ya que se trata de una enfermedad que por lo general tiene un comportamiento progresivo”, señala el doctor Duque.
Agrega, además, que en Clínica Las Condes se cuenta con tecnología de punta y un equipo multidisciplinario especializado –integrado por cuatro ginecólogos, urólogos, coloproctólogos y cirujanos digestivos-, con años de experiencia en el manejo de la endometriosis.
“Todo para que al momento de tratar a la paciente, esta tenga las mayores posibilidades de terminar con su problema”. En casos de mayor complejidad, junto con el examen fisicoginecológico, el historial y los análisis ecográficos correspondientes, en una segunda etapa ueden agregarse otros exámenes como resonancia magnética nuclear, cistoscopia y endosografía transrectal. Con esos antecedentes y su probable sospecha, el diagnóstico definitivo se hace través de laparoscopía, una intervención quirúrgica mínimamente invasiva que se realiza con anestesia general, donde a través de una fibra óptica se explora la cavidad pelviana, lo cual permite confirmar o descartar con mayor certeza su presencia.
“La endometriosis se extirpa completamente a través de una cirugía laparoscópica, que puede ser realizada durante el mismo procedimiento diagnóstico. Ello requiere en ocasiones un equipo multidisciplinario altamente especializado y la preparación adecuada de la paciente, ya que hay casos donde es necesario extirpar tejido endometrial en zonas de infiltración pro funda, donde es necesario extirpar tejido endometrial en zonas de infiltración profunda, donde existe el riesgo de lesionar otras estructuras. De ahí la importancia de ponerse siempre en las mejores manos”, destaca el doctor Duque.
¿A quién afecta?
Existen ciertas condiciones que permiten sospechar la presencia de endometriosis, como:
- Dolor menstrual severo que no responde a analgésicos comunes y que se hace progresivo en el tiempo.
- Menstruaciones abundantes.
- Ciclos cortos.
- Inicio precoz de la menstruación.
- Presencia de nodulaciones en los ligamentos posteriores del útero.
- Antecedentes familiares directos con endometriosis (madre, hermana).
- Perfil de mujer estresada y con actividad profesional intensa. Habitualmente son delgadas, activas y autoexigentes.
¿Siempre se requiere cirugía?
Si bien el tratamiento de la endometriosis es fundamentalmente quirúrgico, no todos los casos terminan en cirugía.
En aquellas pacientes por ejemplo, que todavía no deseen embarazarse o prefieran postergar la intervención, puede administrarse un tratamiento médico –fundamentalmente a base de hormonas- para mantener a raya la enfermedad por un tiempo.