El cáncer de próstata es el más frecuente en los hombres y su detección en etapas precoces es de vital importancia.
Sólo en Chile el cáncer de próstata es responsable de alrededor de 1.200 muertes al año. Es que su incidencia ha presentado un incremento durante los últimos años, lo cual cobra especial relevancia si se considera que es un cáncer que en etapas iniciales no da síntomas y que tampoco existe forma de prevenirlo. Por ello, los métodos de screening o pesquisa precoz han cobrado gran relevancia en las últimas décadas, ya que si se detecta a tiempo, el pronóstico puede ser bastante más favorable.
“En tumores pequeños y localizados dentro de la próstata, los tratamientos tienen una alta probabilidad de curación”, asegura el doctor Christian Ramos, urólogo de Clínica Las Condes.
Dos son los exámenes que existen en la actualidad para su diagnóstico: el antígeno prostático específico y el tacto rectal. Ambos deben hacerse en conjunto ya que son complementarios. “El primero es un examen de sangre que permite detectar la presencia de una enzima que en casos de cáncer se encuentra elevada. La palpación digital o tacto rectal, en tanto, permite detectar la presencia de nódulos o induraciones en la próstata, que pudieran indicar la presencia de un cáncer (a veces, incluso, con valores de antígeno normales); además, aporta información del volumen prostático y la existencia de hiperplasia prostática benigna, una condición también bastante frecuente pasado los 50 años”.
De acuerdo a lo que explica el doctor Ramos, la introducción de estas técnicas de screening ha permitido disminuir la mortalidad por cáncer de próstata. “Al menos en Estados Unidos, y desde la incorporación del antígeno prostático en la segunda mitad de los años 80, la mortalidad ha disminuido en alrededor de 15%”.
Hiperplasia v/s cáncer
¿Quiénes deben efectuarse un chequeo? La indicación en general es para
hombres mayores de 50 años, o mayores de 45 si es que tienen antecedentes familiares de cáncer de próstata (padres, hermanos, abuelos); siempre en forma anual.
En aquellos pacientes que presentan un antígeno prostático específico alto o en los que se sospecha la existencia de cáncer al realizar el tacto, se debe efectuar una
ecografía y biopsia de la próstata para obtener un diagnóstico histológico (estudio de los tejidos) del probable cáncer y su ubicación.
“La próstata normalmente tiene una consistencia blanda, uniforme y elástica.
Cualquier cambio es señal de alarma. Lo mismo ocurre
si hay irregularidades, asimetría, aumento de la consistencia o durezas. Por otra parte, la evaluación del antígeno prostático específico debe considerar factores como la edad, velocidad de ascenso respecto de chequeos anteriores y otros factores que la puedan elevar como son la prostatitis (una inflamación de la próstata causada por una infección, muy común en hombres jóvenes)”, advierte.
De todas formas, es importante resaltar que la hiperplasia prostática benigna no es sinónimo de cáncer, sino de un crecimiento normal de la próstata que ocurre a medida que los hombres envejecen y que puede llevar a presionar la uretra y hacer que el flujo de la orina sea más lento y menos fuerte.
El
tratamiento del cáncer se basa en la cirugía, radioterapia y/o hormonoterapia, donde CLC ofrece a sus pacientes el máximo nivel de excelencia, comparable a los mejores centros de nivel mundial.
Datos
1 de cada 10 hombres tiene la probabilidad de desarrollar un cáncer de próstata. Ello ratifica la importancia del diagnóstico precoz y la toma de conciencia por parte de la población masculina.
Más del 80% de los cánceres prostáticos detectados son localizados sin invasión a otros órganos. Con ello, las posibilidades de quedar libre de cáncer después de la cirugía son más que considerables. Si por el contrario, el cáncer se encuentra expandido y fuera de la próstata, el pronóstico es mucho menos alentador y en ocasiones el tratamiento es sólo paliativo.
Factores de riesgo
- Edad: es el factor de riesgo fundamental, ya que la mayor parte de los casos se diagnostica en hombres sobre 65 años. Sin embargo, alrededor del 7% puede ocurrir en menores de 60 años.
- Herencia: quienes tengan antecedentes de padre o hermanos que hayan padecido este cáncer, tienen al menos 10 veces más probabilidades de contraerlo; por ello, deben controlarse desde los 45 años en forma anual.
- Dieta: algunos estudios lo relacionan con una alimentación alta en grasas, lo cual podría explicar la baja incidencia en países asiáticos, como China y Japón (donde la ingesta es baja).