Noviembre es el mes de la prevención de este tipo de cáncer, que es el de mayor prevalencia en la población masculina, pero si es diagnosticado es sus primeras etapas tiene una tasa de curabilidad en más de un 90% de los casos.
“La
próstata es un órgano que está relacionado con la fertilidad, que finalmente produce y colabora con la formación del semen y el coágulo seminal. Como todo órgano es susceptible de generar neoplasias y cáncer. El
cáncer es la pérdida de la diferenciación de una célula y en este caso, la
célula prostática que pierde la comandancia del resto de las células se reproduce múltiples veces y tiene la capacidad de invadir otros tejidos cercanos” explica el
Dr. Fernando Marchant, jefe del Departamento de Urología de Clínica Las Condes.
Factores de riesgo
Cualquier hombre puede desarrollar
cáncer de próstata, sin embargo, hay factores que aumentan el riesgo de que se presente. Entre los elementos predominantes se encuentran:
- Edad: La incidencia aumenta a medida que se envejece.
- Raza: Hay grupos que son más propensos a desarrollar este tipo de cáncer, como lo es la población afroamericana.
- Herencia genética: El riesgo de padecer cáncer de próstata es mayor si hay antecedentes familiares.
- Otros factores: Las personas con sobrepeso u obesidad tienen más riesgo de padecer cáncer de próstata.
No esperar a que aparezcan síntomas
El
cáncer de próstata es una enfermedad silenciosa y no presenta señales en sus primeras etapas. Cuando está en una fase avanzada puede causar
síntomas como:
- Crecimiento del tamaño de la próstata.
- Problemas para orinar con síntomas obstructivos como una evacuación débil o interrupción del flujo.
- Orinar con frecuencia.
- Dolor o ardor al orinar.
- Disfunción eréctil.
- Dolor de huesos (generalmente cuando hay metástasis).
Chequeo preventivo
A partir de los 45 años, los hombres deben ir al
urólogo para realizar el
control preventivo, donde se realiza un examen físico completo que incluye la
palpación de la próstata a través de un tacto rectal y se examen de
antígeno prostático específico (PSA). Por otro lado, en casos de antecedentes familiares directos de cáncer de próstata (padre o hermanos), la indicación es comenzar a partir de los 40 años. “La importancia del diagnóstico precoz es que, si bien el cáncer de próstata es súper prevalente, es uno de los pocos cánceres que identificado y diagnosticado precozmente tiene curabilidad”, explica el urólogo.
Diagnóstico y tratamiento
Si luego del
chequeo prostático, alguno de los exámenes sale alterado, como el
antígeno prostático o se detecta un bulto en el examen físico, el urólogo enviará al paciente a realizar una
biopsia, en donde se extrae una muestra del tejido para su evaluación y posteriormente confirmar o descartar este tipo de cáncer.
Una vez confirmado el diagnóstico, el tratamiento puede incluir una o más opciones, sin embargo, la primera línea de abordaje es una cirugía, llamada
prostatectomía radical, que consiste en la
extirpación total de la próstata. Si es extraída en las fases iniciales, este es un tratamiento sumamente efectivo para que el cáncer no vuelva a aparecer ni ramificarse a otros tejidos.
En pacientes donde el
cáncer está más evolucionado hay que complementar la cirugía con una segunda línea de tratamiento, como lo indica el urólogo: “al sacar la próstata vía quirúrgica es posible que quede algo de tumor en el paciente. Así, la persona podría someterse a
radioterapia, que consiste en aplicar
radiación en los tejidos y en donde hay células neoplásicas que finalmente mueren”.
Por último, en pacientes en donde el cáncer está es un estado avanzado: “habitualmente pueden estar metastásicos y en ese momento se inicia una terapia llamada
hormonoterapia qué consiste en bloquear la
testosterona, hormona a la cuál es sensible o dependiente este cáncer. Con esto enfermedad se pausa, pero no desaparece. Si posteriormente la enfermedad se activa, se utiliza la
quimioterapia”, explica el doctor.
Avances en el diagnóstico y tratamiento en CLC
En los últimos 20 años los métodos de diagnóstico y tratamientos han avanzado a gran velocidad y CLC cuenta con los últimos avances en estas áreas. En cuanto a la
biopsia, con la integración de la
resonancia nuclear magnética aumentó la precisión de la ubicación del tejido canceroso.
Además, muy pronto se incorporará a CLC el método de
biopsia prostática de fusión, un procedimiento en que se combinan las imágenes por resonancia magnética (IRM) y una ecografía para crear imágenes tridimensionales detalladas de la próstata.
Respecto al tratamiento, la
cirugía robótica ha sido uno de los grandes avances en esta enfermedad. En CLC se utiliza en la prostatectomía radical asistida por robot Da-Vinci, que es el procedimiento quirúrgico más avanzado, tecnificado y preciso que se emplea en la actualidad. Consiste en un procedimiento menos invasivo que la cirugía abierta que se realizaba años atrás.