El colon-check tiene como finalidad detectar sangre oculta en deposiciones, mientras que la colonoscopía permite diagnosticar lesiones del colon, tomar biopsia y extirparlas de ser necesario.
El cáncer colorrectal es una enfermedad que da síntomas sólo cuando lleva años de progresión, antes de eso no presenta signos que sean evidentes para las personas. De esta forma, para
detectar la presencia de alteraciones en el colon y el recto está
colon check, un test para detectar sangre oculta en las deposiciones de tipo inmunológico.
Según explica el
doctor Alejandro Zárate, cirujano coloproctócologo de Clínica Las Condes se trata de un examen que no requiere preparación y que es capaz de ver sangre oculta en las deposiciones. “Es poco invasivo y lo que hace es que, mediante la toma de muestra en deposiciones, y posterior análisis, detecta la presencia de sangre que no es visible a simple vista”, indica el especialista.
El colon-check es una prueba diseñada para ser aplicada en pacientes sin síntomas gastrointestinales y que no tengan antecedentes familiares de cáncer colorrectal.
En Clínica Las Condes se recomienda su realización a
partir de los 40 años, para hombres y mujeres. ¿Por qué esta edad? Porque de acuerdo a las estimaciones, entre los 40 y los 75 años es cuando más se diagnostica cáncer colorrectal.
“Si el examen es positivo, indica que puede haber una alteración en el recto o el colon, por lo que se sugiere continuar la búsqueda con una
colonoscopía total. En caso de resultar negativo, indica que hay bajas posibilidades de encontrar hallazgos malignos y se sugiere realizarlo nuevamente al año siguiente.
Este test tiene varias ventajas, no es invasivo, no duele ni es molesto para el paciente. Tampoco requiere una preparación intestinal y es económico. Sirve además como
screening para diferenciar a quiénes deben pasar por una colonoscopía y quiénes no.
¿En qué consiste la colonoscopía?
La colonoscopía es un examen que permite visualizar el recto y los segmentos del colon, así la define el doctor Alejandro Zárate
.
Para su realización, se requiere de introduce un
tubo delgado y flexible con una cámara y una luz en su extremo para revisar el interior del intestino y proyectar las imágenes en una pantalla
“Además de
diagnosticar lesiones, permite
tomar biopsias o
resecar lesiones pequeñas en el mismo momento en que estas son descubiertas”, dice el especialista.
“Previo a la realización de una
colonoscopía, el paciente debe ser evaluado por un equipo de salud. Las indicaciones más frecuentes son en pacientes sintomáticos en los que se sospeche una
patología del recto y/o colon. Además, está indicada en individuos con antecedentes familiares de cáncer colorrectal”, señala el doctor Zárate.
El tiempo entre una colonoscopía y otra varía según los antecedentes de cada persona, si se trata de una persona con antecedentes familiares de
cáncer colorrectal, o si ya le descubrieron
pólipos en alguna oportunidad.
“La realización del seguimiento con una colonoscopía dependerá de varios factores entre los que se cuentan la visualización completa de la
pared del colon y recto, los hallazgos de la colonoscopía especialmente pólipos, y el número y tipo de ellos según los resultados de la biopsia. Además, se debe considerar el antecedente de familiares con cáncer de colon”, reitera el cirujano.
Este
examen no requiere hospitalización. Tras una preparación que el paciente realiza en su casa para limpiar el colon y recto, una vez en la sala de endoscopía el paciente es sedado con un medicamento hipnótico, un antiespasmódico y un opiáceo, para disminuir o atenuar las molestias que puedan ocurrir durante la ejecución del procedimiento. En general, el examen es bien tolerado y existen escasas complicaciones.