Si no es tratada correctamente puede afectar más que la piel, por eso es importante conocer los factores predisponentes y tener un buen manejo de la enfermedad.
La
psoriasis es una enfermedad que afecta a la
piel, que se caracteriza por causar enrojecimiento, aparición de
escamas plateadas e
irritación. Según datos de la OMS se estima que al menos 100 millones de personas alrededor del mundo padecen algún grado de esta patología y que en nuestro país afecta a aproximadamente 200 mil personas.
La
Dra. Pamela Aránguiz, dermatóloga de CLC, explica el origen y las manifestaciones de la
psoriasis: “es una
enfermedad inflamatoria de la piel con un componente
genético, asociada a factores
ambientales que hacen que se desencadene. En ese sentido, están involucrados mecanismos
autoinmunes y hay varias enfermedades vinculadas a la psoriasis”.
En línea con lo anterior, la especialista agregó que “la
psoriasis puede presentarse a cualquier edad, afectando por igual a hombres y mujeres. Muchas veces existe el antecedente de algún familiar con la enfermedad, sin embargo, hay personas que no tienen familiares conocidos con psoriasis, por lo que hay que estar atento ante cualquier lesión sugerente. Pero, como el principal desencadenante en los adultos es el
estrés, muchas veces es difícil evitar pasar por un período complicado y que se manifieste”.
Además del
estrés, también hay otros factores que pueden gatillar su aparición, como
infecciones o
lesiones traumáticas en la piel, ya sean por tatuajes, operaciones, etc.
Otras complicaciones
La
dermatóloga indica que también se pueden ver
efectos a mediano y largo plazo que puede generar la psoriasis en un paciente, señalando que “además de comprometer la piel, puede afectar también las articulaciones, lo que se llama
artritis psoriática, una patología que ha sido subdiagnosticada. Alrededor de un 30% de los pacientes con
psoriasis tienen artritis psoriática”. Otras enfermedades vinculadas al desarrollo de una psoriasis, pueden ser enfermedades relacionadas con la inflamación, como, por ejemplo, mayor riesgo
cardiovascular o
enfermedades inflamatorias autoinmunes como enfermedad inflamatoria intestinal. Por otra parte, se asocia a temas psicológicos como
trastornos del ánimo y
depresión.
La Dra. Aránguiz hizo especial énfasis en el último punto, refiriéndose a que los pacientes que sufren de
psoriasis muchas veces son estigmatizados. “Es una enfermedad no contagiosa, pero las personas se sienten discriminadas, un poco estigmatizadas. Mucha gente con
psoriasis lo pasa mal, lo que genera más
depresión, más aislamiento. Hay mucha creencia de que sea contagiosa, por lo que es importante darla a conocer y educar sobre ella”.
Tratamiento
La dermatóloga explica que el tratamiento para la psoriasis debe ser focalizado y personalizado a cada paciente, ya que las complicaciones pueden variar entre personas. “Se trata de una enfermedad crónica, pero el objetivo del tratamiento es que existan la menor cantidad posible de lesiones o exacerbaciones durante la vida del paciente”, indicó.
En casos más leves, se usan
tratamientos tópicos, principalmente cremas en base a
corticoides, y a medida que la
psoriasis es más severa, hay tratamientos sistémicos con
inmunosupresores tradicionales. Lo más nuevo es la terapia biológica, que se usa más en casos severos y que tiene mejores resultados que otros métodos.