Hay diversos factores que puedan dar origen a una hernia discal, por lo tanto, es importante saber reconocer los síntomas para lograr un tratamiento adecuado.
La
columna está compuesta por las
vértebras -huesos que protegen la
médula espinal-, estas
vértebras están separadas por
discos que cumplen la función de amortiguar la
columna, dejando un espacio entre éstas, permitiendo así su
movimiento y logrando, por ejemplo, que podamos agacharnos o estirarnos.
En este contexto, el equipo del
Centro de Columna de CLC -compuesto por
neurocirujanos y
traumatólogos especialistas en esta área- explica cuáles son las
complicaciones que pueden producirse por el daño en los
discos lumbares: “en la
columna hay unos
discos elásticos y varias
articulaciones entre las
vértebras. Por pequeños
traumatismos, esfuerzos o simplemente por el envejecimiento, los
discos pueden romperse y su contenido herniarse hacia atrás o hacia los lados. Esto puede suceder en toda la
columna, cervical, dorsal o
lumbar”.
Entre los principales factores de riesgo de desarrollar una hernia discal se encuentran:
- Envejecimiento discal congénito.
- Sobrepeso.
- Esfuerzos mal realizados.
- Sedentarismo.
¿A qué señales debemos estar atentos?
Los especialistas indican que, al
romperse un disco, puede provocar los siguientes síntomas:
- Dolor agudo.
- Si la hernia comprime una raíz nerviosa; producirá un dolor radicular, si es cervical; esté será hacia los brazos, en cambio si afecta el área dorsal; las molestias serán en la zona intercostal, y si es lumbar; el dolor será ciático.
Diagnóstico y tratamiento
Según explican los expertos del
Centro de Columna CLC, “el diagnostico siempre será clínico e incluye un
examen físico completo, poniendo énfasis en
territorios neurológicos, debiendo ser complementado con una
resonancia magnética -que permite ver estructuras neurales dentro del canal raquídeo-.
En cuanto al tratamiento, se inicia con
analgésicos antiinflamatorios, reposo relativo y kinesiología de rehabilitación. En caso de que el
dolor vaya en aumento o si produce impotencia funcional o falta de fuerza de una extremidad producto de dicha
hernia, el paciente deberá someterse a un
tratamiento quirúrgico. Se realizan diferentes tipos de procedimientos mediante técnicas de
cirugía abierta y/o endoscópicas, en donde se aborda la columna a través de una incisión, mediante esta apertura quirúrgica se procederá a localizar la
raíz nerviosa para posteriormente descomprimirla quirúrgicamente retirando el
material discal y óseo que comprime dicha raíz.
Entre las posibles complicaciones de la intervención quirúrgicas, los especialistas indican: “si inicialmente el paciente sufre de
falta de fuerza de un territorio ciático y no se procede a la descompresión mediante el acto quirúrgico, puede quedar una secuela de falta de fuerza a posterior”.
Consejos y recomendaciones
Entre las
recomendaciones que entrega el equipo del
Centro de Columna, indican que, para su prevención, las personas deben
mantener un peso adecuado para no forzar los últimos
discos lumbares, realizar
actividad física de manera de regular y si ya se tiene el diagnóstico de
hernia discal, deben realizar
ejercicios sin carga o de bajo impacto como, caminatas, bicicleta o natación.