Vivir cerca de áreas verdes se asocia a un deterioro cognitivo más lento

Tras un seguimiento de una década, un estudio liderado por investigadores del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), España, detectó que la pérdida en las funciones cognitivas esperada como parte del proceso de envejecimiento, es ligeramente más lenta en personas que viven en vecindarios más verdes.

La investigación, que siguió a 6.500 personas de entre 45 y 68 años, pertenecientes al grupo del estudio Whitehall II en Reino Unido, muestra que la disminución en los resultados de los tests cognitivos a lo largo de los 10 años de seguimiento fue un 4,6% menor en quienes vivían en vecindarios más verdes.

Vivir cerca de espacios verdes incrementa la actividad física y la vida social, reduciendo, con ello, el estrés y mitigando la exposición a la contaminación atmosférica y al ruido, señala el estudio, lo que corrobora el doctor Carlos García, geriatra de Clínica Las Condes.

“Hay más espacio, hay menos contaminación y la mayor posibilidad de intercambio entre las personas favorecería esta longevidad, por un lado, y la capacidad cognitiva, por otro”, sostiene el especialista. No obstante, agrega que “si bien, vivir cerca de áreas verdes ayuda, no es fundamental. Lo que hay que proponer es un estilo de vida saludable”, enfatiza.

Existen evidencias de que el riesgo de demencia y deterioro cognitivo puede ser influido por la exposición a amenazas ambientales como la contaminación del aire y el ruido y por el estilo de vida, como el estrés o el sedentarismo, señala el estudio de ISGlobal.

Tener una autoestima siempre alta, optimismo en la vida, siempre trabajar en lo que le hace feliz, cada día despertar con algo que hacer, un proyecto de vida, también son claves para mantener la buena salud en la tercera edad, indica la doctora Adela Herrera, jefa de la Unidad de Geriatría de Clínica Las Condes.