Embarazos, partos complicados y sobrepeso son factores de riesgo.
El
piso pelviano o piso pélvico es un
conjunto de estructuras que sostienen vejiga y uretra, útero y vagina; y recto, cerrando la cavidad abdominal. En algunas situaciones, como el embarazo y parto, este sistema puede verse afectado y con el tiempo, la mujer podría desarrollar incontinencia urinaria,
prolapso genital o disfunción sexual.
“Durante el embarazo se puede preparar a la mujer para el parto y así disminuir el daño al piso pélvico cuando llegue el momento del parto”, dice el
doctor Hernán Braun, ginecólogo de Clínica Las Condes y especialista en parto natural y cirugía robótica.
Esta preparación incluye evaluación con
la kinesióloga y ejercicios durante el embarazo y también posterior al parto como rehabilitación.
“Desde el punto de vista de la prevención lo más importante es
ejercitar el piso pélvico, con la ayuda de los kinesiólogos que enseñan ejercicios específicos que fortalecen estos músculos que no se trabajan con la actividad física habitual. Son ejercicios dirigidos. Se educa a la paciente para que aprenda a identificar esta musculatura, contraerla y relajarla y prepararla así para el momento del parto”, explica el ginecólogo.
Junto con multiparidad, existen otros
factores que pueden contribuir al daño del piso pélvico. Uno de ellos es el
sobrepeso. “Mujeres que suben muchos kilos, tienen más riesgo de daño, aun cuando no tengan un parto normal. Los fetos que son muy grandes y el sobrepeso de las embarazadas también dañan la estructura porque todo el peso del abdomen y las vísceras pelvianas caen sobre estos músculos”, recalca el especialista.
Generalmente la preparación se inicia en el tercer trimestre del embarazo, pero se define caso a caso.
Una correcta atención del parto, también es clave en la protección del piso pelviano. La idea es proteger el piso pelviano disminuyendo al máximo el desgarro en el momento del parto y evitando las episiotomías innecesarias.
“La obstetricia clásica enseñaba a hacer episiotomías en forma rutinaria, pero con el tiempo se vio que esta acción lejos de ser protectora, dañaba el piso pélvico. Es por esto que ahora se realizan episiotomías restrictivas, es decir, solo en los casos que se sea estrictamente necesaria”, dice el doctor Braun. La misma lógica se aplica al uso de fórceps o ventosas.
Tras el parto, es fundamental
evaluar el estado del piso pélvico, indica el especialista, ya que pueden existir lesiones que se deben resolver en el momento y cura reparación posterior suele ser más dificultosa y con peores resultados. También es importante una buena evaluación en el control del postparto y seguimiento para poder realizar, de ser necesario, el manejo adecuado que permita la rehabilitación del piso pelviano y disminuir su disfunción a futuro.