Científicos de Johns Hopkins desarrollan test que detecta cáncer cervicouterino a través de la orina
08 de mayo, 2017
·Adultos
Podría convertirse en método rápido y económico para discriminar qué paciente requiere biopsia
En Chile, el cáncer cervicouterino es la segunda causa de muerte entre las mujeres de 20 y 44 años. Se estima que cada año mueren cerca de 700 pacientes por esta causa.
El doctor Tulio Rodríguez, ginecólogo y oncólogo de Clínica Las Condes, explica que las mujeres que tienen un mayor riesgo de desarrollar cáncer cervicouterino son aquellas que se infectaron con el Virus Papiloma Humano (HPV), especialmente si es del tipo tienen ciertas características como:
Haberse infectado con el virus papiloma humano, y en especial, si este pertenece a las cepas de alto riesgo, si tuvo un precoz inicio de vida sexual con múltiples parejas, si no se realiza regularmente el test de Papanicolau (PAP), si utiliza inmunosupresores o si no es regular con sus visitas al ginecólogo.
Específicamente, respecto del VPH, el especialista señala que la mayoría de las mujeres infectadas con este virus “no desarrollan nada peligroso” y en ellas, el virus desaparece en un plazo de dos o tres años, tras la infección. “Solo un 15% de las infectadas desarrollará una alteración microscópica precursora de un cáncer de cuello. Esta es microscópica, de muy lenta evolución, en 7 a 10 años y no es sintomática por lo que un test de Papanicolaou permite sospechar de su existencia para hacerle a ellas un estudio más específico”, indica el doctor Rodríguez.
En Estados Unidos, investigadores de Johns Hopkins Medicine desarrollaron un examen que permite detectar el surgimiento de cáncer cervicouterino solo con una muestra de orina y con mucha exactitud, según han demostrado las pruebas realizadas.
El nuevo test, no solo analiza múltiples células humanas de ADN alteradas por los cambios que producen las células tumorales en este tejido, además, es capaz de detectar el ADN del Virus Papiloma Humano (VPH) aunque todavía no existan lesiones.
El VPH es un virus que se transmite a través de las relaciones sexuales y que está involucrado en casi todos los casos de este tipo de cáncer
La prueba, explica el doctor Rafael Guerrero-Preston, magíster y doctor en Salud Pública, investigador principal y profesor adjunto de otorrinolaringología y cirugía de cabeza y cuello de la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins, y miembro del Centro Oncológico Kimmel de Johns Hopkins, está diseñada para usarse como parte del proceso de tamizaje para la prevención del cáncer de cuello uterino, en aquellas mujeres que tienen un resultado positivo en el PAP y un resultado positivo en la prueba que detecta la presencia de cepas oncogénicas del VPH, dos pruebas que se realizan a partir de citología líquida, que es una muestra de las células del cuello uterino. “Esas mujeres ya tienen lesiones celulares que se pueden identificar bajo el microscopio como lesiones pre-malignas y también tienen infección con una cepa de VPH de alto riesgo. Lo que no sabemos es el grado clínico de la lesión celular en el cuello uterino, ni cuán persistente ha sido la infección con el VPH de alto riesgo”, explica el doctor Guerrero Preston.
En la actualidad, cuando estos dos test son positivos, se indica una, colposcopía, un examen de imagen para inspeccionar visualmente el cuello uterino y casi siempre se ordena una biopsia después de la colposcopía, para que el patólogo la revise. “La mayoría de los resultados de las biopsias ordenadas luego de una colposcopía, son normales o lesiones que el sistema inmunológico de la mujer puede combatir y que vuelven a la normalidad en un periodo de 12-24 meses, señala el especialista de Johns Hopkins.
La prueba que han diseñado los investigadores en EE.UU., logra identificar al pequeño número de mujeres que ya inició un proceso premaligno avanzado y que por lo tanto sí tienen más riesgo de hacer un cáncer. “De esta manera, reducimos entre un 50% y un 70% de las biopsias efectuadas luego de una colposcopía y detectamos las mujeres con lesiones pre-malignas que tienen mayor probabilidad de desembocar en cáncer de cuello uterino y en las cuales sí amerita que se les haga una colposcopía y una biopsia después de la colposcopía”, recalca el doctor Guerrero Preston.
La investigación fue publicada a comienzos de noviembre de 2016 en la revista on line Cancer Prevention Research y financiada por concesiones del National Cancer Institute.