Cada mujer y cada maternidad tienen su historia. En este Día de la Madre, Clínica Las Condes recuerda y felicita a todas esas mamás que lo dan todo en esta época de incertidumbre y pandemia. Conoce a algunas de ellas aquí:
Enfermera y madre embarazada en tiempos de COVID-19
Macarena Martínez es enfermera del
Centro de Diabetes Adulto de Clínica Las Condes. Tiene 32 semanas de embarazo; está esperando a su primero hijo: Cristóbal. “Si ya estar embarazada por primera vez es toda una aventura, en época de
coronavirus es histórico”, dice con humor.
Ha sido período especial, en que la pandemia agarró fuerza sin que Macarena tuviese previstas muchas cosas, como por ejemplo compras importantes para la llegada de su hijo. Por supuesto tampoco ha habido celebraciones como babyshower, que hacen de la espera algo aún más especial. Pero cuenta que lo más difícil ha sido que
“la cuarentena y el confinamiento han impedido que mis papás y amigas sientan las patadas de Cristóbal, momentos únicos que me encantaría poder compartir”.
Agrega que “mi abuelo falleció a fines de marzo y no pude evidentemente ir al funeral. Sin embargo, he recibido muchísimo apoyo y contención de mis amigas y familia, haciéndome sentir acompañada en este proceso que ha sido una montaña rusa. Mi marido ha sido un siete, ha podido vivir conmigo estrechamente el embarazo; él también está confinado y hemos tenido la oportunidad de estar mucho más tiempo juntos, lo que sin
COVID-19 habría sido imposible. Todo tiene su lado bueno”.
Macarena quiere aprovechar de agradecer a
“mi equipo de trabajo, gente de otras áreas e incluso pacientes me han escrito y llamado desde el inicio para saber cómo estoy, para enviarles fotos de Cristóbal de las ecografías, para decirme que me echan de menos. Eso ha sido un apoyo importantísimo porque son mi segunda familia y el equipo de la Clínica Las Condes se caracteriza por ese espíritu. A nivel del manejo del embarazo, quiero reconocer a mi
ginecólogo, el doctor Rogelio González, que ha estado permanentemente en contacto conmigo, haciendo seguimiento”.
Finalmente, hace un llamado a quienes están pasando por lo mismo a
“que no tengamos miedo, porque la mejor protección que le podemos dar a nuestro hijo somos nosotras mismas; sin duda veremos luces el tan esperado día cuando nos miremos por primera vez. En ese momento creo que todo será secundario”.
Samantha y su hija Lena
A un mes del primer caso confirmado de coronavirus en Chile, Samantha Azatova, paciente de Clínica Las Condes, tuvo a su primera hija, Lena. Confiesa que al principio tuvo un poco de miedo, incertidumbre por todo lo que estaba pasando, por lo poco que se sabía también. “No sabíamos si iban a cambiar muchos las cosas, disponibilidad de atención u otras cosas, pero la llegada de Lena fue algo maravilloso, estamos enamorados de ella”, explica.
Sin embargo, agradecida, cuenta que
“la clínica nos ayudó mucho en todas las etapas, desde el inicio del embarazo; nos tuvo siempre informados, actualizados de las nuevas medidas y muy bien cuidados. Ha sido un proceso distinto, pero la verdad que muy cómodo y normal diría yo, en donde hemos tenido que tener algunos cuidados diferentes por supuesto”. Una de esas precauciones ha sido la de no poder recibir visitantes, ni en su estadía en la clínica ni en casa, pero asegura que para ello la tecnología, las videollamadas, han sido muy importantes para mantener el contacto en este período, para que los cercanos también puedan conocer y compartir con Lena.
Hace un llamado a todas las mamás y papás que están a punto de tener a sus hijos, a quienes están en la misma situación que ella, a que
no tengan miedo, que disfruten el proceso, que será algo diferente, pero hermoso, que los doctores y la clínica saben lo que están haciendo, se están siguiendo todos los protocolos para garantizar la seguridad de la madre y del bebé.
El desafío de compatibilizar el rol de madre y médico en contexto de pandemia
La
doctora Adela Camus, jefa de la
Unidad de Medicina Reproductiva de Clínica Las Condes, comenta que este período de cuarentena ha sido, por un lado, bastante complejo, pero a la vez muy enriquecedor en muchos aspectos.
Tiene cuatro hijos cuyas edades fluctúan entre los 19 y 8 años. Sin duda, cada uno con necesidades diversas y que requieren distintas atenciones. “Los mayores se cuidan solos, pero con mi hija menor, de ocho años, por supuesto que demanda más atención y hay que estar encima para muchas cosas, como tareas, etc.”, cuenta.
Así también, confiesa que muchas veces, en este contexto,
no ha sido simple el desafío compatibilizar ese rol de mamá con el de médico. Asegura que “ha sido un tiempo de repensar y reformular muchas cosas, de metodologías, de cómo trabajar. Soy jefa de una unidad, por lo tanto, hay que cumplir con mucha tarea administrativa, además de estar al día con una contingencia que cambia todos los días, donde hay que estudiar, remirar constantemente protocolos, medidas, estar muy pendiente y manejar situaciones a las que quizás no estábamos acostumbrados”.
Sin embargo, agrega que también ha sido un tiempo que ha aprovechado para estar más con su familia,
compartir con sus hijos de una manera que en que pocas veces se tiene el tiempo y el espacio.
Es por eso que la doctora da como
mensaje a todas las mamás, en especial a las que trabajan en salud, “que se cuiden; eso es lo más importante por ellas, por sus pacientes, por sus familias y por sus hijos. Extremen medidas de protección y cuidado y aprovechen todos los momentos que sean posibles para estar con sus hijos”.