Aunque un cáncer es poco frecuente, si hay dolor o poca movilidad en el rostro, se debe consultar a un especialista.
Frente a las orejas y bajo las mejillas encontramos las
glándulas salivales, responsables de la producción de saliva necesaria para poder digerir los alimentos. Existen dos tipos:
- Glándulas salivales mayores: parótida, submandibulares y sublinguales.
- Glándulas salivales menores: glándulas pequeñas que se distribuyen en toda la mucosa aéreodigestiva.
El
cáncer de glándulas salivales es una enfermedad poco frecuente, ya que representa sólo el 6% de todos los cánceres de cabeza y cuello. En la mayoría de los casos no se acompaña de dolor, por lo que podemos identificar esta enfermedad porque produce un
aumento de volumen en la zona, y en algunos casos más graves,
pérdida en la movilidad de la cara.
Para el
doctor Felipe Panussis,
Otorrinolaringólogo y Cirujano de Cabeza y Cuello de Clínica Las Condes, no hay un factor de riesgo que se pueda asociar a este tipo de tumores, pero advierte que quienes debieran estar más alerta son aquellas personas que “han estado expuestas a radiación y uso de tinturas en la industria del cuero”.
Diagnóstico de cáncer de glándulas salivales
Cuando una persona presenta algunos de los síntomas, la forma de corroborar que se trata de cáncer en las glándulas salivales es con un examen físico que permita estudiar las características del tumor. “Lo óptimo es realizar una
ecografía, que se puede complementar con un
escáner o una resonancia nuclear magnética. Incluso, cuando hay alta sospecha de la enfermedad, se puede solicitar una
punción con aguja fina y así obtener material para un estudio citológico. Con esto es posible adelantarse y saber qué tipo de tumor es, si es benigno o maligno, para planificar el tratamiento”, explica el otorrinolaringólogo de Clínica Las Condes.
Para
extraer el tumor de forma completa y sus posibles
metástasis en el cuello, el tratamiento consiste en una cirugía en la cual se extirpa la glándula, el tumor, y la incisión se extiende hacia el cuello para poder extirpar también todos los linfonodos (ganglios linfáticos) sospechosos de tener metástasis, teniendo especial cuidado con el nervio facial para evitar una parálisis.
“En el intraoperatorio utilizamos un monitor del nervio que nos ayuda con la ubicación, cuidado y preservación, aunque a veces el cáncer compromete el nervio y se debe resecar para un completo control oncológico. Luego de
controlar el cáncer, podemos realizar cirugías para la reanimación del rostro y, así, devolver su función muscular. Puede que también sean necesarias algunas sesiones de
radioterapia o quimioterapia para el control oncológico completo”, señala el doctor Felipe Panussis.
¿Se puede evitar la formación de tumores en las glándulas salivales?
Lamentablemente, no hay una forma de evitar la aparición de estos tumores, por lo que lo mejor es
no exponerse innecesariamente a radiación ionizante y, en caso de ser así, el otorrinolaringólogo recomienda prestar atención a un aumento de volumen sospechoso en el rostro o cuello, aunque no genere dolor, y consultar a un especialista para lograr un diagnóstico precoz.