¿Cómo saber con certeza si mi hijo “es estrecho” ? ¿Hay algo que yo pueda hacer para solucionarlo? Estas son algunas de las preguntas que suelen hacer muchas mamás ante la evidencia de la estrechez prepucial. A continuación, les explicamos qué se puede hacer y cómo tratarla.
Con la colaboración del cirujano infantil, doctor Jorge Godoy.
¿Qué es la fimosis?
Definida como una estrechez del prepucio que impide que el glande asome totalmente,
el 95% de los niños varones nace con una fimosis “fisiológica”, que con el correr de los años va desapareciendo. De este modo, al llegar a la edad de cuatro años, esta cifra se revierte y el 95% de los niños deja de presentar este problema.
“Algunos pacientes pueden normalizar su estrechez a los cinco o seis años, pero son la excepción. Por lo general, de persistir una fimosis severa después de los dos años de vida,
el niño debiera ser controlado por un cirujano infantil, para evaluar la necesidad de realizar una cirugía que recibe el nombre de circuncisión”, advierte el doctor Jorge Godoy, cirujano infantil de Clínica Las Condes.
En algunos países, principalmente en Estados Unidos, se ha generalizado la práctica de la circuncisión neonatal donde, por motivos de higiene y prevención de enfermedades infecciosas, se extirpa completamente el prepucio a los recién nacidos, pese a que hoy no existe evidencia concluyente de los beneficios de esta práctica.
Es muy frecuente que los papás consulten en relación a este punto, porque habitualmente suelen entender por circuncisión el retiro completo del prepucio, que también es la intervención que por motivos religiosos realizan, por ejemplo, judíos y musulmanes.
“Sin embargo, en Europa y en nuestro país la cirugía que practicamos consiste en retirar
sólo la piel estrecha, tratando de dejar una cobertura al menos parcial del glande. Lo que intentamos es dejarlos como si no estuvieran operados”, agrega el especialista. La circuncisión es un procedimiento que se realiza con anestesia general,
en forma ambulatoria o con hospitalización abreviada.
“Afortunadamente, las complicaciones posteriores son muy poco frecuentes y la recuperación suele ser bastante rápida, con menos molestias de lo que uno pudiera pensar. De hecho, a los tres días, por lo general el paciente ya juega y se moviliza sin dolor, y a la semana está incorporado al jardín o colegio.
En los adolescentes y adultos, en cambio, el período de recuperación suele ser más prolongado y doloroso”, destaca el especialista.
Masajes o no masajes
Las mamás suelen pensar que haciéndole ciertos masajes o ejercicios a los lactantes se puede acelerar el proceso de la fimosis fisiológica, es decir, ayudar a que ésta desaparezca.
Sin embargo, en la mayoría de los casos la realización de este tipo de maniobras, al forzar la piel, determina la aparición de pequeñas fisuras, que al cicatrizar generarán un anillo que perpetuará o hará más difícil de mejorar la estrechez prepucial. Por ello, el doctor Godoy recomienda a las madres realizar un aseo “con gentileza” en cada muda, moviendo ligeramente el prepucio hasta que tope atrás, sin forzarlo.
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