Hay que enseñarles a leer las etiquetas y explicarles que los productos con sellos deben ser consumidos con moderación.
La presencia de uno o más
sellos negros en un producto procesado indica que éste presenta niveles superiores a los límites establecidos por el Ministerio de Salud, en relación a
sodio, azúcares, grasas saturadas o calorías. Todos factores que están asociados a la
obesidad y enfermedades crónicas como hipertensión, diabetes, infartos e incluso cáncer.
Sin embargo, para determinar que un producto
excede los límites se consideró el consumo de 100 g o cc, lo que puede ser más o menos de una porción, por lo que es necesario aprender a leer las etiquetas, y hacer que los niños lo hagan también.
“No es fácil explicar el nuevo sistema de etiquetado de los alimentos, menos a los niños”, señala la nutricionista
Jacqueline Bedecarratz, especialista de Clínica Las Condes, pero hay que enseñarles a leer el etiquetado nutricional, y especialmente, el de los productos con sello, enfatiza.
¿Qué hay que explicarles? “Es importante explicarles que cuando un producto tiene sellos, indica que tiene un alto contenido de factores (Kcal, azúcares, grasas saturadas,
sodio) que consumidos en grandes cantidades son perjudiciales para la salud. Por lo tanto, son alimentos que se deben comer en cantidades moderadas y, en algunos casos, como las golosinas y dulces, reservarlos solo las para ocasiones especiales”, señala la nutricionista.
Al
leer las etiquetas es importante fijarse en la
porción, sostiene. “El etiquetado está formulado en base a 100 g/cc de alimento, pero la porción puede ser mucho menos o mucho más. Alimentos que antes eran considerados ‘saludables’ pasaron a tener sellos, esto genera confusión”, dice.
Las galletas de agua están en esa lista y ahora tienen sello de “alta en calorías”, lo que significa que tienen más de 350 Kcal por 100 g. Aunque eso equivaldría a comerse 21 galletas aproximadamente, dice, y la porción sugerida es de 6 galletas, lo que aportaría alrededor de 100 Kcal.