La bipolaridad es una enfermedad que, generalmente, aparece en adultos jóvenes y que se manifiesta a través de episodios de euforia o, por el contrario, de momentos depresivos. Ambos pueden llegar a durar meses si es que la persona no recibe el tratamiento adecuado.
Al respecto, desde la
Unidad de Trastornos del Ánimo de Clínica Las Condes, explican que la
bipolaridad “es tan enfermedad como la diabetes”.
Dentro del amplio grupo de las depresiones, existe un subgrupo: la
depresión bipolar. Ésta es, probablemente, la más biológica de todas y, por lo general, es una enfermedad de curso prolongado que incide mucho en la calidad de vida de las personas.
“El cerebro tiene sistemas que regulan las emociones y el ánimo, particularmente el sistema límbico. Y en pacientes bipolares, hay una
alteración de ciertos neurotransmisores que son la base de estas descompensaciones. Sin embargo, todos tenemos altos y bajos en el ánimo, pero en particular esta enfermedad tiene magnitudes de descompensación más allá de la experiencia común y corriente”, agregan los especialistas.
Los tipos de bipolaridad que existen
Existen dos tipos de bipolaridad: la del
tipo 1, con excesiva energía; y la del
tipo 2, con episodios depresivos de gran magnitud.
Los especialistas comentan que una bipolaridad descompensada del tipo 1, se manifiesta a través de conductas tales como:
- Euforia.
- Gran sociabilidad.
- Falta de sueño.
- Excesiva energía.
- Ánimo elevado.
Por el contrario, cuando se trata de una
descompensación de la bipolaridad del tipo 2, esta se manifiesta a través de conductas como:
- Predominan los síntomas depresivos intensos.
- Dificultad para levantarse.
- Dificultad de hacer la vida cotidiana.
- Pérdida de placer en todas las actividades.
- Tristeza.
- Pérdida del sentido de la vida.
- Alto riesgo de suicidio.
¿Quiénes están más propensos a padecerla?
Desde la Unidad de Trastornos del Ánimo de Clínica Las Condes manifiestan que estos
episodios de bipolaridad aparecen en la adultez joven y, las personas que están propensas a padecerlas, son quienes tienen herencia de este tipo, o bien, antecedentes de muerte por suicidio dentro de la familia.
También existen factores que inciden en que se desate un episodio de bipolaridad, tales como:
- Abuso de alcohol y/o drogas ilícitas.
- Situaciones de estrés elevado.
- Periodos de privación de sueño (como los sistemas de trabajo nocturnos).
¿Cómo se trata la bipolaridad?
Los especialistas sostienen que, por tratarse de un trastorno neuroquímico, la farmacoterapia es esencial y el tratamiento es de por vida.
“Cuando la persona está sicótica y pierde el juicio de la realidad, son momentos en los que los antisicóticos son muy utilizados. Por el contrario, si el paciente está sumido en un episodio depresivo, se utilizan medicamentos de la línea de los
antidepresivos. En este sentido, la psicoeducación y la psicoterapia son ingredientes obligados y permiten mejorar significativamente la necesaria adherencia al tratamiento”, indican los expertos.