Cada 10 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Salud Mental, con el objetivo de sensibilizar a las personas sobre la importancia que tiene en nuestra calidad de vida y cómo repercute en la salud física. Prevenir los problemas de salud mental y conversar sobre ellos es importante para no descuidar nuestra salud física.
Por eso, en esta fecha y siempre, es importante hablar sobre salud mental, como una forma de dejar de lado los prejuicios y estigmas a los que muchas veces se asocia, en especial en este tiempo en que nuestras vidas cotidianas se han visto alteradas como consecuencia del COVID-19.
A juicio del
doctor Juan Fernando Meneses, psiquiatra de Clínica Las Condes, el distanciamiento social, las cuarentenas y las diversas restricciones producto de la pandemia, han provocado un aumento de los síntomas ansiosos y depresivos en las personas. En especial, en quienes tenían enfermedades preexistentes y que manifestaron enfrentarse a sentimientos como tristeza, pérdida de interés o capacidad de disfrutar.
“Las cuarentenas, el aumento de la carga laboral o familiar, repercutió en nuestra salud mental. Pero también existen afectaciones en el periodo de post pandemia, como miedo o ansiedad en el sentido de la adaptación a una nueva normalidad, con traumas en caso de pérdida de familiares o amigos. Frente a esto, es importante tener en cuenta que es un tema que se debe evidenciar, conversar y, sobre todo, pedir ayuda. Pasarlo mal no es sinónimo de debilidad, contarles a otros cómo nos sentimos es un acto de confianza.”
Según la Organización Mundial de la Salud, la salud mental se define como un estado de bienestar donde el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales del día a día, trabajar de forma productiva y fructífera, además de hacer una contribución a la comunidad.
En Chile, los últimos datos del “Termómetro de Salud Mental en Chile”, PUC-ACHS de agosto del 2021, indican que el 23,6% de los chilenos presenta sospechas o problemas de
salud mental y el 32,2,9% evalúa que su estado de ánimo actual es peor o mucho peor en comparación con la situación anterior a la pandemia.
Por eso, el especialista es enfático en señalar que es necesario estar atento a los cambios de ánimo que podamos manifestar.
“El mensaje es estar atentos a cómo nos estamos sintiendo. Si detectamos que nosotros o un cercano no lo está pasando bien, se debe hablar de ello y consultar a un profesional, como psiquiatra o psicólogo si es necesario. “
Señales de alerta
- Sentimiento de inestabilidad emocional.
- Trastorno del sueño, como insomnio.
- Preocupación constante, generalmente por temas laborales.
- Pérdida de energía.
- Trastorno de concentración y memoria.
- Angustia generalizada.
- Desaparición de la capacidad de disfrute de las actitudes placenteras.
- Reducción del apetito y cambios en el peso.
- Aislamiento social.
- Autoestima baja o sentimientos de culpa.
- Descuido personal.
Conversar sobre salud mental y las emociones que enfrentamos
“Más que hablarlo desde un punto de vista teórico, es bueno hablarlo y compartirlo desde las experiencias. Todos en algún momento hemos vivido o conocido a alguien de forma directa o indirecta con algún trastorno de salud mental. Una buena forma, es hablar de qué nos ha pasado, expresar las emociones y pensamientos y cómo eso ha afectado nuestra cotidianeidad.”, señala el doctor Juan Meneses.
Del mismo modo, agrega que es importante aprender a relacionarnos con nuestras emociones, darles espacio en nuestra consciencia independiente de que sean agradables o no.
“Muchas veces tendemos a categorizar las emociones en buenas o malas, lo que puede traducirse en actitudes evitativas para no hacernos cargo de nuestros sentimientos. Lo importante es aprender a relacionarnos con nuestras emociones independiente de que sean agradables o no”, puntualiza.