Los animales se han vuelto parte importante de muchas familias. Pero ¿Cómo afrontar el duelo cuando este integrante ya no está?
Las
mascotas son parte de nuestra vida, de la familia y con quienes generamos un vínculo afectivo muy fuerte. Según datos del
Informe Mascota Protegida realizada por la Subsecretaría de Desarrollo Regional y Administrativo en conjunto con la Universidad Católica de Chile, dio a conocer que el 86% de los encuestados indicó que
la principal razón para tener una mascota es por su compañía y un 92% indicó que considera a los
animales parte de la familia.
En este mismo sentido, la
Dra. Maritza Herrera, psiquiatra de CLC nos explica la conexión que sentimos con las
mascotas y cómo ayudan a la
salud mental de sus dueños y/o tutores: “la relación con un humano con su
mascota suele ser un vínculo sólido y desinteresado basado en el amor como concepto universal. Dada la importancia de este vínculo, cada vez toma más relevancia el concepto de
animal de apoyo emocional, en donde a través del vínculo de afecto y compañerismo se han visto aportes positivos en enfermedades como la depresión, la ansiedad, el
autismo e incluso el
Alzheimer, en donde beneficios como el establecimiento de rutinas, cambios en el estilo de vida, aumento de la interacción social,
actividad física y la creación de puntos en común con otros seres humanos generan un aporte en la
salud mental de las personas”.
Por esta razón, toma tanta relevancia el fallecimiento nuestras
mascotas ya que al perderlas también se pasa por un
duelo, similar al que vivimos cuando perdemos a un ser querido; “si bien debemos evitar humanizar a los
animales para favorecer la conservación de sus maravillosas características y comportamientos, es claro que, al llegar un animal a la familia, habitualmente se involucra y se reconoce como parte de ella. Así mismo cuando nos enfrentamos a su muerte se transita sentimientos de tristeza,
ansiedad e incluso síntomas físicos como
taquicardia, temblor,
dolor abdominal, náuseas entre otros”, explica la Dra. Herrera.
Lidiando con el duelo
El
duelo es el proceso de
adaptación emocional que se desencadena ante una pérdida. Si bien muchas veces se asocia a la muerte, también puede ocurrir al término de una relación o con la pérdida de algo a lo que estamos muy vinculados emocionalmente.
En el caso de la
pérdida de una mascota, la especialista indica que hay que vivir el dolor como en cualquier
duelo, el objetivo no es olvidarla, sino aprender a vivir con su recuerdo y rememorar los buenos momentos que pasamos en su compañía. “Una vez que fallece la
mascota es importante entender que el dolor y la
angustia son parte de este proceso de adaptación. Estos sentimientos no deben ser reprimidos, deben ser expresados idealmente a personas que podrían entender este dolor. Se debe evitar abandonar las rutinas de
autocuidado como el baño, el sueño y la alimentación. También nos puede ayudar realizar actividades como escribir sobre estos sentimientos, las reflexiones que hacemos respecto a la pérdida, sobre las características de nuestro animal y los momentos lindos vividos, esto nos sirve para fomentar el recuerdo desde el amor y el agradecimiento por su existencia que aliviará el proceso de
duelo”.
En algunas ocasiones, los dueños o tutores deben decidir sobre la vida de la mascota, que según la especialista, genera un estresor adicional en quién debe decidirlo: “esta decisión debe seguir los mismos principios de acompañamiento de fin de vida en humanos. Parte de la indicación profesional es evaluar la situación de no tener tratamientos curativos para un padecimiento, continuando con la evaluación de la
calidad de vida del animal enfermo y termina con la valoración del riesgo-beneficio entre dar cuidados de confort versus terminar pacíficamente la vida del animal, evitando el dolor de él y de quien lo acompaña, entendiendo la carencia de un sistema de comunicación explícito entre nuestros animales y nosotros, y haciéndonos cargo de esta situación”
La doctora también recomienda una serie de acciones y
rituales de despedida, ya sea solo o acompañados de gente cercana que ayudan a sobrellevar de mejor manera este proceso. Es fundamental recalcar que cada
mascota es única, por lo tanto, no debemos intentar de reemplazarla por otra. Debemos aceptar a vivir con su ausencia y que cada una de ellas aportará algo diferente a nuestra vida.
¿Cuándo pedir ayuda?
El proceso del duelo puede durar varios meses, pero se debe buscar apoyo profesional en los siguientes casos:
- Si los síntomas del duelo tienen una duración que supera los 12 meses en adultos y 6 meses en niños.
- Síntomas depresivos y ansiosos que produzcan abandono de actividades básicas como comer, asearse, dormir, etc.
- Consumo y abuso de sustancias como alcohol y drogas.
- Pensamientos suicidas.