La comunicación entre padres e hijos siempre es una buena alternativa para solucionar problemas.
Adolescentes que responden a todo como si no les importara, o que no cumplen con sus deberes ni quieren ayudar en casa, son situaciones con las que muchos padres se encuentran y no siempre saben cómo reaccionar. ¿Qué las motiva?
La doctora
Javiera Mayor, psiquiatra infanto juvenil de Clínica Las Condes, señala que el adolescente puede perder la motivación, porque siente que los límites a los que es sometido son injustos cuando, por ejemplo, la crianza se ha centrado en el castigo más que el refuerzo positivo y no se siente valorado. “Pero también se
pierde la motivación, porque los padres gratifican en exceso a sus hijos, les dan todo, no los dejan frustrarse y se produce un síndrome donde las cosas no logran motivar”, dice.
Los padres deben dejar claras las
normas y límites, pero también poder valorar los esfuerzos del hijo, haciendo refuerzo positivo y no centrándose sólo en el castigo. “El adolescente necesita que se escuche su opinión, no hay que sobre-hacerse cargo y dejar que el adolescente no haga nada”, dice.
Por otro lado, no sirve repetirle 20 veces que haga algo si al final la mamá va a ir a hacerlo por él y seguirá quejándose ante un hijo que seguirá más pasivo. “Eso hay que revertirlo. Ser consistente,
si yo pongo tal regla tiene que cumplirse. Si por cansancio o agotamiento voy cediendo el adolescente va invirtiendo los roles, los padres se ponen al nivel de los hijos, se produce indiferenciación de la jerarquía”, sostiene.
El doctor
Hernán Álvarez, psiquiatra infanto juvenil de Clínica Las Condes, indica que el desafío es diferenciar el “no estoy ni ahí, porque no quiero” del “no estoy ni ahí, porque no me motiva”. “No estar motivado tiene todo un mundo de factores que pueden influir. Estar oposicionista tiene una queja implícita que el sistema debería valorar”, dice.
Ante límites que no se cumplen tras repetir muchas veces, sostiene, hay que tomar cierto grado de distancia, darles tiempo para que se den cuenta. Decir, por ejemplo: ‘¿cuándo vas a ordenar tu pieza? Si no vas a ordenar, entonces cierra la puerta porque no la quiero ver desordenada. Tomar distancia esperando que se dé cuenta, pero no terminar haciendo las cosas por ellos.