Un sueño reparador permite enfrentarse al día en mejores condiciones y cuidar la salud.
El
buen dormir es esencial para una serie de variables médicas, personales y neurocognitivas, desde el humor con el que amanece a la reparación del cerebro, de ahí la importancia de dormir la cantidad necesaria de horas y en un ambiente adecuado para hacerlo, indica el doctor
Jorge Jorquera, broncopulmonar del Centro del Sueño de Clínica Las Condes.
¿Qué hay detrás de un mal dormir? ¿Cómo puedo dormir mejor? Son algunas de las claves que responde el especialista.
1.
Horas de sueño. Un hombre adulto necesita dormir entre 7 y 8 horas promedio. “Los niños mucho más, mientras más duerman mejor. Los adolescentes duermen mucho y forma parte del ciclo, cuando duermen se repara el cerebro, aprenden, por eso aprenden tanto los niños, duermen muy profundo”, sostiene.
2.
Riesgos. A nivel psiconeurológico una persona que duerme mal está más irritable, cansada y tiene menor desempeño académico o laboral. Además, aumenta el riesgo de accidentabilidad laboral y de accidente al conducir. A nivel médico puede desarrollar resistencia insulina, diabetes e hipertensión.
3.
Obesidad. Dormir mal está relacionado con la obesidad y la obesidad también produce que uno duerma mal. “En las últimas 4-5 décadas hemos perdido 2 a 3 horas de sueño y hemos subido 3 a 4 kilos promedio”, dice el especialista. Al dormir poco secretan hormonas y proteínas que al día siguiente hacen necesaria mayor estimulación, lo que en general se hace con carbohidratos, por lo tanto, comes más.
4.
Ronquidos. No son señal de dormir profundo, al contrario, pueden ser un síntomas de que algo anda mal. “Si es habitual es un problema, si es más de 5 veces a la semana”, dice, por lo tanto recomienda preguntar a algún cercano si hace pausas durante el sueño y si es así, debe consultar. “El ronquido puede ser signo de alerta de apnea del sueño, hay que evaluar bajar de peso, porque hay una asociación directa”.
5.
Adultos mayores. “Necesitan dormir lo mismo que un adulto en torno a los 40-50 años, lo que pasa es que se fracciona y en la noche duermen menos. Hay que priorizar la siesta en el día, de una hora, para sentirse más reparado”, dice.