Que no se complique tu rinitis alérgica
13 de septiembre, 2016
·Tratamiento y Recuperación
Ante el aumento de los síntomas, es mejor consultar con tu médico.
¿Sabías que si no tratas adecuadamente tu
rinitis alérgica puedes tener consecuencias en tu salud?
La rinitis es una inflamación de la mucosa que recubre la nariz por dentro y puede ser causada por virus, bacterias o cualquier otro elemento con el que entre en contacto la mucosa al que organismo reaccione de manera exagerada (alérgeno). En este último caso, se habla de una rinitis alérgica.
Los doctores señalan la
principal complicación de una rinitis alérgica no tratada son las infecciones respiratorias altas, principalmente sinusitis u otitis. “Se produce porque la inflamación alérgica favorece el crecimiento de ciertos gérmenes. El cuadro más complicado puede ser el de la sinusitis, ya que con frecuencia los pacientes tienen un cierto acostumbramiento a estar congestionados y con la nariz bloqueada, y hay una demora en el diagnóstico de sinusitis”, indica.
Aunque menos frecuente,
una segunda complicación que hay que considerar, sobre todo en los niños, es la progresión de la rinitis alérgica a asma. “En general, a mayor severidad de la rinitis, mayor probabilidad de presentar alguna complicación asociada”, recalcan.
Una
tercera complicación relacionada con la rinitis mal tratada tiene que ver con la calidad del sueño de los pacientes. “Al estar congestionados, los pacientes con rinitis alérgica frecuentemente roncan en la noche, se oxigenan menos cuando duermen, y al día siguiente están muy cansados y con somnolencia excesiva”, explica la inmunóloga. “En los adultos esta somnolencia se traduce en una baja de la productividad laboral. En el caso de los niños con rinitis más severas, frecuentemente está relacionada con una disminución en el rendimiento escolar”, comentan.
En general,
la rinitis alérgica es una enfermedad benigna, pero las complicaciones descritas pueden aparecer con mayor intensidad en los pacientes que tengan algún problema anatómico como tabique desviado, o en pacientes con otros problemas inmunológicos, como déficit de anticuerpos.