Hernias lumbares: 8 datos que deberías conocer
02 de agosto, 2018
·Tratamiento y Recuperación
Pueden ser asintomáticas, pero cuando comprime la salida de los nervios hacia las extremidades generan molestias. Conoce las recomendaciones de los especialistas del Centro Médico de Peñalolén.
La
columna se encuentra constituida por 33 vértebras aproximadamente, las cuales se encuentran conjuntas entre sí por los discos intervertebrales (que actúan como especie de neumático amortiguador) en sus porciones cervical, torácica, lumbar y sacro coccígea, explica el doctor
Andrés Miralles, traumatólogo de columna del Centro Médico Peñalolén, de Clínica Las Condes.
Cada disco intervertebral se encuentra entre dos vértebras contiguas, formando un segmento vertebral, que recibe el nombre de las vértebras que lo conforman. Así, el disco intervertebral L5S1 significa que es el disco que se encuentra entre esas dos vértebras (la quinta vértebra lumbar y la primera sacra). ¿Por qué es importante saberlo? Porque cuando se produce una hernia, las molestias y el tratamiento dependerán de la ubicación en que se encuentre.
¿Qué más deberías saber sobre las hernias?
- También conocidas como hernias del núcleo pulposo (HNP) corresponden a protrusiones de parte del disco dentro de la columna. Se pueden generar en cualquier disco intervertebral, siendo más frecuente en aquellos segmentos que reciben más peso, “por eso la ubicación más común es a nivel del disco L4L5 o L5S1, que son los segmentos más bajos de la columna”, dice el especialista.
- Las hernias son causadas por la degeneración y desgaste propio del disco, por lo que habitualmente son asintomáticas, ya que la protrusión no compromete ni contacta las raíces nerviosas dentro de la columna. Pero cuando una hernia -independiente del tamaño- genera conflicto de espacio y comprime la salida de los nervios hacia las extremidades, sí generan molestias.
- Si la hernia es en los segmentos más altos (L2L3, L3L4 y en algunos casos especiales L4L5) se produce una cruralgia (dolor intenso en la pierna), o una ciática si es en los segmentos más bajos (L4L5 o L5S1).
- Frecuentemente, la hernia puede irritar y/o comprimir una raíz nerviosa a tal grado que además de generar dolor, pueden también generar pérdida de la sensibilidad o incluso de la fuerza hacia la extremidad. En casos más severos, esta compresión puede resultar en un cuadro denominado “cauda equina” que puede afectar la inervación de los esfínteres, siendo una emergencia quirúrgica en cirugía de columna.
- El diagnóstico clásicamente es clínico, sospechado por el tipo de dolor (cruralgia, ciática o cauda equina). El origen de este tipo de dolor se puede confirmar por medio de una resonancia de columna del segmento comprometido (cervical, torácico o lumbar), el cual va a evidenciar la presencia, localización de la hernia y el grado de compresión de la raíz nerviosa que genera el dolor.
- La evolución natural de las hernias del núcleo pulposo es a la reabsorción de las mismas, cediendo los síntomas en distintos grados. El manejo inicial es el tratamiento médico o conservador, que puede consistir en medicamentos analgésicos/antiinflamatorios, kinesioterapia o infiltraciones con corticoides.
- Cuando la presentación de la HNP es con compromiso motor severo (pérdida de fuerza de la extremidad) o existe cauda equina, la indicación quirúrgica es mandatoria por el riesgo de secuelas. También existen indicaciones relativas para cirugía, como son el fracaso del manejo conservador o la persistencia de los síntomas por más de 6 semanas habitualmente.
- El tratamiento es, habitualmente, definitivo, pero existe cerca de un 10% de recidiva de las hernias a lo largo de la vida, pudiendo no necesariamente afectar el mismo lado afectado inicialmente. En tal caso, requiere una nueva evaluación por especialista.