Si bien las secuelas son variables, el coronavirus puede dejar importantes daños a nivel respiratorio y muscular. Por ello, es fundamental controlarse para lograr una óptima recuperación y rehabilitación posterior a la enfermedad.
Los especialistas comentan que “esta no es una gripe simple; hay un grupo de paciente que ha sido muy comprometido y hay que evaluar sus riesgos; ayudarlos integralmente a retomar sus actividades”.
En este sentido, agregan que “piensen ustedes que tuvieron una fractura, se debe tener un control para ver cómo se está consolidando. El pulmón efectivamente recibió un daño importante en un grupo de pacientes. Empieza la reparación del cuerpo y los períodos de reparación no siempre son normales. Puedo reparar normalmente, pero también puedo hacer cicatrices de tipo
fibrosis,
neumonías en organización, que van a requerir tratamientos que son diferentes”.
Los especialistas explican que este control
post COVID-19 consiste en ver al paciente, ver la magnitud de la enfermedad que tuvo y hacer un
examen clínico.
“Si en ese examen clínico, el paciente no tiene tos, tiene buena saturación de oxígeno y esta no baja al moverse o caminar, no tiene ruidos especiales, no tiene dificultad de movimiento, se puede decir que está listo. Lamentablemente, ese es un grupo muy pequeño; la mayoría de los que están viniendo a control están con alguna patología, ya sea bronquial y principalmente pulmonar”, acotan.
En estos casos, aclaran, se requerirán tratamientos diferentes “que pueden incluir corticoides, a veces por largo tiempo, o
rehabilitación pulmonar y muscular. Hay pacientes a los que no se les puede suspender el oxígeno cuando se van a la casa y tenemos que enseñarles a usarlo y orientarlos”.
Enfatizan también en que la evaluación clínica del médico especialista es muy importante para poder discriminar lo que es un simple cansancio o alguna sospecha de complicación que requiera
corticoides,
anticoagulante o
antibióticos por sobreinfección.
¿A qué síntomas hay que estar alertas para consultar?
Los doctores señalan que es importante en este sentido diferenciar entre los pacientes que no estuvieron hospitalizados y los que sí lo estuvieron mientras desarrollaron la enfermedad.
- Paciente que no se hospitalizó, que terminó su cuarentena o va en el día 10 aproximadamente: si tiene fiebre persistente, entre 8 o 10 días; dificultad respiratoria progresiva, respiración rápida, taquicardia, puntadas al respirar, debe consultar porque puede que tenga una neumonía o insuficiencia respiratoria causada por el COVID-19.
- En el caso de los pacientes que requirieron hospitalización, que evidentemente desarrollaron la enfermedad de manera mucho más grave, es fundamental que monitoreen su evolución y la cicatrización del daño.
Los especialistas indican al respecto que es importante
una mirada integral y multidisciplinaria.
“Hay pacientes en que quizás lo respiratorio no fue lo más importante. Algunos presentan una gran
fatiga,
trastornos de equilibrio, motores, del
sueño, que deben ser derivados a un neurólogo; pacientes con fiebre persistente que se le han agregado otros elementos deben ser vistos por un infectólogo; muchos también requerirán ayuda por
trastornos nutricionales, etcétera”, dicen.
A su vez, complementan que los
kinesiólogos son de una ayuda fundamental para la rehabilitación de los pacientes.
Programa de rehabilitación en gimnasio Clínica Las Condes para pacientes post COVID-19
Pensando en ayudar al paciente a reintegrarse de la mejor manera a sus actividades laborales y de la vida diaria luego de haber tenido COVID-19, la
Unidad de Rehabilitación de Clínica Las Condes organizó un programa que tiene por objetivo, entre otros:
- Mejorar la tolerancia al esfuerzo físico.
- Educar sobre maneras y estrategias de conservar energía y modificar el comportamiento.
- Mejorar la percepción de salud física y psicológica del paciente.
¿Cómo funciona? Primeramente, el paciente debe contar con la indicación de participación en el programa y cumplir con los requisitos de exámenes complementarios indicados por su médico tratante.
Luego, el
paciente será evaluado exhaustivamente por el equipo a cargo del programa. Esto comprende tanto una evaluación física general, como kinésica, de composición corporal, capacidad funcional, de balance estático y dinámico, entre otras. Todo con la finalidad de poder otorgar el tratamiento más adecuado según las necesidades.
Por su seguridad, al inicio de cada sesión, al paciente se le monitorizará su
presión arterial y
porcentaje de saturación de oxígeno. Estas incluirán, entre otras cosas, ejercicios de entrenamiento de fuerza-resistencia cuya intensidad y dosis serán reguladas y supervisadas según respuesta y condición particular del paciente.