Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la enfermedad de Alzheimer es la forma más común de demencia en el adulto mayor, representando entre un 60% y un 70% de los casos. Si bien recientemente se aprobó el primer fármaco potencialmente “modificador de enfermedad” en Estados Unidos, los científicos siguen realizando estudios para encontrar nuevos tratamientos que detengan el deterioro cognitivo.
En el Día Mundial contra esta enfermedad, te contamos cómo actúa este fármaco, además de recomendaciones para detectarla a tiempo, conocer sus síntomas y evitar su aparición.
Se trata de un trastorno progresivo y silencioso, como si el cerebro se fuera apagando lentamente, y al que la ciencia le ha dedicado años de estudios para tratar de encontrar algún medicamento que detenga la enfermedad o que, al menos, disminuya sus síntomas.
Se produce por una acumulación de placas de degeneración neuronal en ciertas zonas del cerebro que afectan funciones básicas como la
memoria, el pensamiento y la toma de decisiones, entre otras.
Por eso causó tanto revuelo cuando en junio pasado, la FDA (Food and Drugs Administration) de Estados Unidos aprobó un fármaco -no disponible aún en nuestro país- que podría ayudar a tratar esta enfermedad. Esto, gracias a un anticuerpo monoclonal que elimina la proteína beta-amiloide causante del deterioro cognitivo que se desarrolla por esta patología y que está presente en el cerebro de los pacientes con Alzheimer. Con el tiempo, esta proteína empieza a formar las placas amiloides produciendo la muerte de las células cerebrales, un proceso que se puede iniciar incluso hasta 20 años antes de que aparezcan los primeros síntomas.
El doctor
Rafael Aránguiz, neurólogo de CLC, explica que la aprobación de este medicamento es inédita: “Es la primera droga modificadora de la enfermedad que se aprueba en la historia de los estudios clínicos del Alzheimer. A pesar de ello, existe bastante controversia en el mundo científico, ya que algunos expertos consideran que hay evidencia contradictoria respecto a si efectivamente este fármaco logra detener el avance de la enfermedad o reducir el deterioro cognitivo, además de tener un alto costo y riesgo de efectos adversos.
Mientras tanto, los científicos en distintos países siguen realizando estudios -que se encuentran en distintas fases- para encontrar la forma de tratar esta enfermedad que afecta gravemente tanto al paciente como a su entorno familiar.
“Estos estudios no se limitan solo a la acción sobre las placas de amiloide, sino que también a la alteración de otras proteínas o mediadores inflamatorios vinculados a la enfermedad de Alzheimer", explica el doctor Aránguiz.
¿Qué hacer frente a un diagnóstico de Alzheimer?
Con el aumento de la expectativa de vida a nivel mundial, también hay mayores probabilidades de sufrir alguna patología asociada a la edad como es el caso del
Alzheimer.
En este contexto, la recomendación de los especialistas es mantenerse atentos a ciertas señales que puedan hacer sospechar la presencia de esta enfermedad.
“El Alzheimer, en general, suele partir con olvidos de cosas ocurridas recientemente y luego comienzan fallas de otras funciones cognitivas como la capacidad de reconocer rostros familiares, dificultades para encontrar las palabras en el habla espontánea, desorientación, etc. Se trata de una enfermedad que afecta tanto al paciente como a su entorno más cercano”, explica el doctor Aránguiz.
Por eso, es importante consultar a tiempo y no pensar que se trata de conductas propias del envejecimiento. De esta forma, se puede entregar a la familia el apoyo adecuado, acompañarla y enseñarle cómo manejar al paciente para que mantenga una buena calidad de vida y una trayectoria protegida en la medida que avanza el deterioro físico y cognitivo.
El diagnóstico actual se basa en los síntomas y signos de la enfermedad, lo que es complementado con una serie de exámenes de laboratorio e imágenes.
Vida saludable
Si bien no se tiene claro por qué se acumulan en el cerebro las proteínas causantes del Alzheimer, sí se cree que una forma de prevenir el deterioro cognitivo es mantener un
estilo de vida saludable que incluya mantener un peso adecuado, realizar actividad física en forma rutinaria, controlar los
factores de riesgo cardiovascular como tabaquismo, dislipidemia
, hipertensión arterial y diabetes, mantener hábitos de sueño, evitar el exceso de alcohol y seguir una alimentación balanceada.
Si bien, el principal factor de riesgo del Alzheimer es la edad –tener más de 65 años- y, en algunos casos, podría haber una causa genética, se recomienda mantener alguna actividad laboral o intelectual, un alto nivel de actividad social evitando el aislamiento y detectar a tiempo los
trastornos del ánimo.
Junto con esto, existe en la actualidad una gran variedad de ejercicios que se pueden practicar en forma cotidiana para potenciar la memoria y la orientación, aunque no reemplazan los factores preventivos antes mencionados.
En los casos de personas con síntomas o afectación de memoria leve o incipiente, pueden ser guiados por un profesional de la