Fractura de calcáneo: cirugía para una lesión complicada
19 de abril, 2017
·Tratamiento y Recuperación
Lesión en este hueso del pie generalmente requiere cirugía como parte de su tratamiento.
El calcáneo es un hueso esponjoso y vascularizado que da forma al talón del pie.
Este hueso se puede lesionar cuando es expuesto a enormes fuerzas de impacto en los pies, como caídas de altura o un accidente de vehículo.
El doctor Gerardo Muñoz, traumatólogo de Clínica Las Condes, señala que una fractura de calcáneo puede ser una lesión muy debilitante y normalmente son malas fracturas.
Cuando se fractura este hueso el movimiento de inversión (rotación del pie hacia abajo) y eversión (rotación externa del pie hacia arriba) disminuye o se pierde por completo, mientras que el movimiento hacia arriba y abajo del tobillo generalmente no se ve afectado.
Según el especialista, existen varios problemas asociados con esta fractura. “Surgen problemas como el ensanchamiento y la deformidad del hueso y conduce a artrosis y lesiones del cojinete adiposo del talón, así como los nervios y tendones que rodean el talón”, dice.
Es por esto que el objetivo principal del tratamiento, que casi siempre es cirugía, es restaurar las dimensiones anatómicas y forma del hueso del talón. “Esto siempre es difícil porque el hueso calcáneo se fractura en múltiples fragmentos. Es casi como tratar de reconstruir un rompecabezas. Sin embargo, para la mayoría de los pacientes la cirugía es la forma correcta de tratamiento. En solo unos pocos casos el tratamiento conservador es útil”.
¿Cómo es la cirugía? Según detalla el doctor Muñoz, para realizar este procedimiento es necesario esperar a que disminuya la inflamación del tobillo. “El momento ideal para realizar la cirugía es cuando hay mínima hinchazón de la piel y con frecuencia la cirugía tendrá que ser retrasada por más de una semana desde el momento de la fractura con el fin de realizar la cirugía de forma más segura”, indica.
La cirugía se realiza bajo anestesia general y dura aproximadamente dos horas. La mayoría de las veces practica un procedimiento quirúrgico llamado reducción abierta y fijación interna. “La cirugía se realiza a través de una incisión en la parte lateral del pie que expone el lado del talón y la fractura. El hueso se junta y se mantiene en su lugar con una placa de metal y múltiples tornillos. Luego se pone un gran vendaje y yeso para evitar el movimiento del tobillo, y disminuir el dolor”, dice el traumatólogo.
La recuperación es larga, aproximadamente durante dos semanas no podrás mover el pie. Con el apoyo de fisioterapia y natación, se espera que a las 10 o 12 semana el paciente puede comenzar a caminar sin la bota inmovilizadora y con ayuda de bastones.
Es esperable que a los 6 o 9 meses post cirugía todavía perdure algo de inflamación y dolor.