Alimentación y peso adecuado junto con ejercicios te permitirán sobrellevar mejor este período
Cuando llega la
menopausia ocurren varios cambios que pueden afectar tu rutina diaria. Los síntomas vasomotores como los bochornos y enrojecimiento, son algunos de ellos, aunque no afectan por igual a todas las mujeres.
“Aproximadamente, un cuarto de ellas tendrá síntomas vasomotores severos, un cuarto moderados, otro cuarto leve y el restante no los tendrá”, explica el
doctor Rodrigo Macaya, ginecólogo integrante del grupo de Endocrinología Ginecológica de Clínica Las Condes.
¿Por qué algunas mujeres no tienen bochornos? “No existe una clara razón de esta diferencia; probablemente las pacientes con sobrepeso u obesidad pudieran tener menos síntomas ya que en el tejido adiposo existe también una producción de estrógenos débiles que pudiesen aminorarlos. Sin embargo, en absoluto es recomendable mantener esta condición de exceso de peso porque claramente disminuirá su calidad de vida producto de otras patologías, principalmente el desarrollo de diabetes y/o enfermedad cardiovascular”, indica el especialista.
La calidad de vida de una mujer en la post menopausia principalmente dependerá de un
estilo de vida saludable. ¿Qué significa esto? “Se debe mantener una correcta alimentación, y un peso adecuado, lo que implica un buen control nutricional. Además, se recomienda mantener actividad física, idealmente de tipo aeróbico y ejercicios de equilibrio”, agrega el ginecólogo. Idealmente, la actividad física se deber realizar al menos tres veces por semana, con eso conservarás la flexibilidad y la fuerza muscular.
En caso de mujeres con dislipidemia (altos niveles de colesterol malo en la sangre) se deben realizar todos los esfuerzos para controlarla. Deja el tabaquismo (no olvides que el cigarro aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares,
osteoporosis y cáncer) y mantén alguna actividad de tipo intelectual.
Para tu dieta: ingiere más frutas, verduras, leguminosas, fibra y carnes magras, productos lácteos (calcio). Evita las comidas ricas en grasa (embutidos, carnes procesadas, productos lácteos descremados, postres, galletas, panecillos, pasteles, frituras y bebidas alcohólicas).